julio 18, 2015 11:37 am .
Publicado en: Opinión
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¿Se
está preparando el gobierno para decretar un Estado de Excepción? La
respuesta es SI. Todos los pasos que viene dando en los últimos meses el
régimen “socialista” de Nicolás Maduro apuntan hacia esa dirección. La
crisis económica que afecta al país es de tal magnitud y la certeza de
una derrota electoral el 6 de diciembre es tan evidente, que lo único
que puede evitar “por ahora” que este gobierno se caiga, es la
declaratoria de un Estado de Conmoción Interior.
¿Puede Nicolás Maduro decretar un Estado de Excepción? La respuesta también es SI.
El
artículo 337 de la CRBV dice textualmente: “El Presidente o Presidenta
de la República, en Consejo de Ministros, podrá decretar los estados de
excepción. Se califican expresamente como tales las circunstancias de
orden social, económico, político, natural o ecológico, que afecten
gravemente la seguridad de la Nación, de las instituciones y de los
ciudadanos y ciudadanas, a cuyo respecto resultan insuficientes las
facultades de las cuales se disponen para hacer frente a tales hechos”.
El
artículo 338 de la CRBV dice: “Podrá decretarse el estado de alarma
cuando se produzcan catástrofes, calamidades públicas u otros
acontecimientos similares que pongan seriamente en peligro la seguridad
de la Nación, o de sus ciudadanos y ciudadanas. Dicho estado de
excepción durará hasta treinta días, siendo prorrogable hasta por
treinta días más”.
En
el parágrafo segundo, el artículo 338 dice: “Podrá decretarse el estado
de emergencia económica cuando se susciten circunstancias económicas
extraordinarias que afecten gravemente la vida económica de la Nación.
Su duración será de hasta sesenta días, prorrogable por un plazo igual”.
En
el parágrafo tercero, el artículo 338 dice: “Podrá decretarse el estado
de conmoción interior o exterior en caso de conflicto interno o
externo, que ponga seriamente en peligro la seguridad de la Nación, de
sus ciudadanos y ciudadanas, o de sus instituciones. Se prolongará hasta
por noventa días, siendo prorrogable hasta por noventa días más”.
Como
puede observarse, el gobierno de Nicolás Maduro tiene a la mano dos
opciones muy claras para decretar un Estado de Excepción que lo libre,
momentáneamente, de una muerte súbita: la primera, un estado de
emergencia económica, que le da hasta 120 días para aguantar el aire y
el estado de conmoción interior o exterior, que le da hasta 180 días
amarrado a un respirador artificial.
La
aprobación de la prórroga de los estados de excepción, por cierto,
corresponde a la Asamblea Nacional. Eso quiere decir, simple y
llanamente, que Diosdado Cabello sólo tendrá que dar la orden a los
borregos del PSUV para que voten las veces que sea necesario.
En
las líneas rectoras de investigación de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, difundidas en el Documento Rector de la Universidad Militar
Bolivariana de Venezuela, hay un tema que se denomina Gestión Militar
en los Estados de Excepción y que “comprende la actuación de la Fuerza
Armada Nacional Bolivariana, ante situaciones especiales en que el
Ejecutivo Nacional ha decretado “Estado de Alarma” y/o Estado de
Emergencia”.
Visto
así, a simple vista, pareciera que dentro de la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana, y muy especialmente, dentro de la Universidad Militar
Bolivariana de Venezuela, hay especial interés por evaluar, analizar y
estudiar escenarios que pudieran presentarse en el país en el corto,
mediano y largo plazo, sobre todo si se toma en cuenta la difícil
situación económica, política y social por la que atraviesa la nación en
los actuales momentos.
No
faltará quien diga que es algo completamente normal que dentro de la
Universidad Militar Bolivariana de Venezuela se estudie y se analice
este tipo de escenarios, como lo son el Estado de Alarma, Estado de
Emergencia y Estado de Excepción y el comportamiento que frente a
cualquiera de esas eventualidades, deberían asumir los miembros de los
diferentes componentes que integran a la FANB.
El
problema es que el 6 de diciembre de 2015, está previsto que se
realicen elecciones para escoger a los diputados de la Asamblea
Nacional. Esos comicios son de vital importancia para todo el país. Para
el oficialismo, la elección de los nuevos parlamentarios es asunto de
vida o muerte. Si como lo vaticinan casi todas las encuestas, el PSUV
pierde la mayoría en la AN, estaría en peligro la vigencia y la
permanencia de lo que se ha dado en llamar el Socialismo del Siglo XXI y
el proyecto revolucionario iniciado por Hugo Chávez en 1999. Maduro se
vería obligado a hacer algo para lo que evidentemente no está preparado:
gobernar con una AN en contra.
Para
los demócratas, las elecciones del 6 de diciembre también son de vida o
muerte. Las fuerzas democráticas venezolanas han sido derrotadas (en
algunos casos con trampa) en 18 de los 19 procesos electorales que se
han llevado a cabo en Venezuela desde 1998. La única victoria que ha
obtenido la oposición fue en diciembre de 2007, cuando logró ganar, por
una muy pequeña diferencia, el referendo convocado por Chávez para
modificar el 33% de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Los demócratas obtuvieron mayor cantidad de votos en 2010, pero una jugada política del CNE, que modificó las circunscripciones electorales meses antes de la votación, hizo que el PSUV obtuviera más diputados a pesar de haber sacado menor cantidad de votos. La oposición necesita ganar los comicios parlamentarios de 2015 para poder constituir un contra poder que actúe como muro de contención y evite que el oficialismo termine de concretar su proyecto de convertir a Venezuela en una nación socialista al estilo cubano.
Los demócratas obtuvieron mayor cantidad de votos en 2010, pero una jugada política del CNE, que modificó las circunscripciones electorales meses antes de la votación, hizo que el PSUV obtuviera más diputados a pesar de haber sacado menor cantidad de votos. La oposición necesita ganar los comicios parlamentarios de 2015 para poder constituir un contra poder que actúe como muro de contención y evite que el oficialismo termine de concretar su proyecto de convertir a Venezuela en una nación socialista al estilo cubano.
Existe
la creencia, muy bien fundamentada, de que el oficialismo no parece
tener mucho interés en hacer elecciones en diciembre de 2015. Las
encuestas le dan al PSUV 21% de aceptación frente a 42% de la MUD. Una
clara demostración de que las sospechas tienen algo de cierto lo
constituye el hecho de que el CNE tardó 6 meses para anunciar la fecha
de los comicios. Entre los meses de junio y julio de 2015, el
oficialismo ha inhabilitado a 3 importantes dirigentes opositores
(Daniel Ceballos, María Corina Machado y Enzo Scarano) que eran seguros
ganadores en sus circuitos electorales.
La
declaración de un Estado de Alarma, Estado de Emergencia o un Estado de
Excepción, por parte del ejecutivo nacional, tomando en cuenta alguna
situación sobrevenida, como por ejemplo, un conflicto militar con algún
país vecino (hay fricciones muy fuertes con el gobierno de Guyana por el
tema del Esequibo) podría impedir que los comicios se realizaran como
está previsto en la Constitución.
De
manera que la línea rectora de investigación de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, incorporada al Documento Rector de la Universidad
Militar Bolivariana de Venezuela, no puede ser vista como si fuera
producto de una casualidad, sino todo lo contrario: si los militares
venezolanos, se están preparando ante la posibilidad de que se produzca
alguno de esos escenarios, es porque, ciertamente, hay serios indicios
de que esos escenarios se pueden presentar de un momento a otro.
Maduro
está deshojando la margarita. La pelea con David Granger, presidente de
Guyana, no es gratuita ni improvisada. Detrás de esa batalla verbal se
esconde la posibilidad de un Estado de Excepción que le permita
suspender los comicios.
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