Nora Beatriz Uribe Caicedo es una humilde trabajadora doméstica nacida en Colombia, pero con más de cuarenta años de residencia en el país, ella tuvo que vivir ayer, uno de esos días de colas para comprar alimentos, al igual que lo hacen todos los venezolanos y extranjeros, residentes en la Patria de Bolívar.
Nora Beatriz salió de su casa a las 03.00 de la madrugada, para procurarse una posición privilegiada en la cola kilométrica que se forma, para comprar alimentos, en el automercado Bicentenario de la urbanización Terrazas del Avila. Once horas después, de haber salido de su humilde residencia a las 02.00 de la tarde, aun Nora no había ingresado al Bicentenario.
Llegaron “los verdes” y repartieron plomo
Se armó el despelote del siglo, la gente estaba arrecha y con razón, comenzaron a gritar, a protestar, se escuchaban las arengas contra el gobierno y en especial, en contra del Presidente Nicolás Maduro. Aquel río humano enloquecido amenazó con ingresar violentamente al automercado. Había ambiente de saqueo, gravitando por todo el perímetro, cuando de pronto aparecieron “los verdes”, la Guardia Nacional Bolivariana, no más de treinta (30) efectivos, que al ver la situación irregular y que los ánimos estaban no caldeados sino a punto de la histeria colectiva, decidieron abrir fuego con sus armas reglamentarias. El tableteo de los Kalasnikov, se hizo escuchar y respetar, aquellas ráfagas de tiros al aire, hicieron que las aguas volvieran a su nivel. Los nervios y la arrechera colectiva, pudo ser contenida por las detonaciones seguidas, que emanaban de los cañones de aquellos fusiles de guerra, inventados para vomitar fuego.
Objetivo cumplido
ora Beatriz Uribe Caicedo, logró entrar al Bicentenario, unos pocos minutos luego que su reloj pulsera, marcaba las tres de la tarde, 12 horas después de haber salido de su casa. Lo mejor para Nora Beatriz, fue que logró coronar con éxito su objetivo: compró tres (3) pollos por Bs. 270; dos (2) kilos de caraotas negras, por Bs. 24 y cuatro kilos de azúcar por Bs. 30. A eso de las seis de la tarde, llegó a su casa, ubicada en la carretera Petare – Santa Lucia, gracias “a la rapidez del Metrocable”. ¡ Quince horas de un día !
Quién no este dispuesta o dispuesto a imitar lo que hace esta humilde señora, todos los miércoles, su cédula de identidad, termina en cuatro (4), tiene dos opciones: 1) Morirse de hambre y 2. Pagar los alimentos al precio libre del mercado, veamos: 1 Kilo de caraotas negras, entre Bs. 800 a 1.200; el Pollo grande entero a Bs. 600 y el kilo de azúcar a Bs. 60.
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