La hipótesis contempla la posibilidad de que el big-bang sea
bidireccional en lugar de unidireccional. En otras palabras, que la gran
explosión que formó nuestro universo en una dirección, simultáneamente
creó otro que se mueve en dirección opuesta y en el que, lo que para
nosotros es el futuro, para ese universo sería el pasado.
El primer modelo
que predice la existencia de dos universos de esta forma lo formuló un
equipo de físicos que estudiaba la entropía 2015. Según ese estudio
firmado por Julian Barbour de la Universidad de Oxford, Tim Koslowski de la Universidad de New Brunswick, y Flavio Mercati del Instituto Perimeter de Física Teórica,
las partículas de un entorno confinado tienden a contraerse y luego
expandirse en dos direcciones. Sus autores hasta crearon un modelo de
1.000 partículas que demostraba la teoría. Si aceptamos el universo como
un sistema (uno enorme) confinado de partículas, llegamos a la teoría
de los dos universos.
Ese primer modelo se basa en el concepto de entropía
(la magnitud termodinámica que mide el nivel de desorden molecular de
un sistema). En otras palabras, emplea la segunda ley de la
termodinámica de Newton y además lo hace sobre un sistema cerrado.
El nuevo modelo al respecto prescinde de esa última parte. Sean Carroll del Instituto de Tecnología de Pasadena,
en California, y Alan Guth del MIT han llegado a la misma conclusión
sobre la existencia de dos universos, pero sin limitarse a un sistema
cerrado y sin más fundamentos que la propia entropía.
Carroll y Guth aún se basan en las leyes clásicas de la física, pero
su modelo está muy lejos de ser definitivo. Ambos autores explican que,
una vez se intente integrar con la física cuántica, podría significar la
existencia de múltiples universos que se mueven en direcciones
diferentes desde el punto cero del big bang, y en los que el tiempo
transcurre de forma diferente. [New Scientist vía Quartz]
Imagen de portada: Jurik Peter / Shutterstock
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