Vivimos
en estados de toxicidad emocional, esto crea un aletargamiento de la
consciencia de uno mismo y te provoca que te alejes del ideal, o la
forma natural de existencia, equilibrada y armónica. Si niegas la
toxicidad te niegas a ti mismo ya que no es un problema de ego, sino un
problema de negación de la realidad, nadie en absoluto es completamente
feliz, y lidia mejor o peor con el contagio toxico emocional que generan
quien supuestamente más te quieren. Tras largo tiempo investigando y
persiguiendo por qué tus seres queridos pueden ser tu condena, tu
penitencia y tus verdugos, me he dado cuenta que la familia feliz no
existe, y que en realidad quien afirma vivir en plena armonía con sus
consanguíneos es básicamente porque miente o porque miente y está
sometido a esta jerarquía.
En
el largo tiempo en el que llevo tratando de explicarme, porque alguien
que te quiere te hace llorar, me encontrado con todo tipo de familias,
he tratado de formar patrones, ver quien formaba el epicentro y quien
eran los satélites, quien se retroalimentaba de otros y quien era
realmente la víctima. En escasas ocasiones vi un patriarcado, por lo
general la Madre es quien mueve los hilos, aun incluso en esas familias
en las que el Padre parece ser el núcleo central. Jamás he conocido una
familia feliz, jamás vi ese prototipo ideal de familia en el que todos
sus integrantes se respetan, se aceptan y se ayudan, por lo que a mí y
mi experiencia respectan, no existe.
Todas
las relaciones que iniciamos a lo largo de nuestra vida tienen un
propósito que no es evidente ni mucho menos, ya que venimos a ciegas a
este mundo y amoldamos nuestra educación y nuestra personalidad de forma
instintiva, y sobre todo de forma ambiental, según el ambiente en el
que te críes así serás, pero incluso esto no es un patrón fijo, porque
todas las relaciones posteriores trataran de amoldarte y someterte, es
así y negarlo es inútil. Los amigos te amoldan y te adaptas a un grupo,
ya que sentimos la necesidad imperiosa de ser aceptados, posteriormente
las parejas te cincelan a su modo de ver, por lo general, nos enamoramos
y tratamos de doblegar la personalidad del otro para adaptarla a la
nuestra, es esa perpetua forma de darse cabezazos contra la pared
llamada matrimonio. En este caso tengo que admitir que si se puede
encontrar la pareja adecuada (llamarla perfecta sería demasiado rizar el
rizo), alguien que simplemente te acepta tal cual eres y no trata de
cambiarte o amoldarte a ningún ideal, conveniencia, comodidad, o
cualquier otro patrón que el otro desee programar en nosotros, para
hacer compatible la relación, con lo cual entran otras conveniencias que
nada tienen que ver con el amor, que es lo que en un principio persigue
la unión de dos personas.
De
ahí que cumplir ciertos programas, presionen de tal modo que inicien la
búsqueda ilusoria de la “media naranja” “ el príncipe azul” o la más
inservible de todas “el alma gemela”, lo que convierte todas las
relaciones en un juego de prueba/error en el que no se persigue conocer,
aceptar y finalmente amar a alguien, se persigue un modelo que no
existe y que jamás se encontrara, lo que esta ceguera propicia es que se
rechace a todo aquel que no encaja en el patrón, un error de graves e
irreparables consecuencias, porque es una negación a vivir lo que al
final se produce.
Tras
esto, y si al final se encuentra pareja, la fundación de la familia
suele partir de varios factores, que si están alejados del amor como
método, serán por defecto toxicas. No es muy difícil encontrar parejas
que creen que teniendo hijos taparan ese gran agujero que es el desamor,
teniendo en cuenta que no existe el desamor, sino que nunca hubo amor, y
en realidad, solo fuimos una hoja empujada por el viento de lo que se
espera de nosotros. Nos dejamos llevar empujados por las expectativas de
otros, hasta que despertamos en algún momento en una relación vacía y
en pleno rigor mortis. Si en este caso cometiste el error de tener hijos
estas creando un trauma en tu progenie ya que una familia en la que no
hay amor, aceptación y comprensión, es la antifamilia, y tus hijos
absorberán ese vacío, suele ocurrir a menudo que estos niños aprende que
el amor se compra, aceptando regalos que ambos cónyuges otorgan como
moneda de cambio, creando una relación basada en el chantaje. Los niños
no son tontos, y en el mejor de los casos, trataran de evitar repetir tu
error, pero por lo general en las familias vacías, solo existen
egoísmos, chantajes emocionales, victimismo y falsas apariencias, así
que si no hubo una muestra de verdadero amor, vivirán siempre en una
constante confusión de sentimientos. Esto por supuesto, es una
generalidad, ya que abarcar todos los modelos requerirían un tomo
enciclopédico, pero sirva como muestra.
Finalmente
me he encontrado con cientos y cientos de familias, me ha interesado
siempre ver y escuchar, formarme una idea de los roles que cada uno de
los integrantes juegan, y por supuesto de cara al exterior, todas y cada
una de ellas eran familias idílicas, felices, comprensivas y amorosas,
que cumplían el prototipo de familia casi utópica, pero que simplemente
escondían sus cicatrices. Nadie quiere reconocer que viven en un cáncer
familiar e incluso aquellos que dicen haber llevado una infancia feliz,
con una buena relación con sus hermanos y primos, es que simplemente
enmascara la verdad, y prefieren omitir los malos ratos, es lo que
comúnmente se conoce como memoria selectiva. Es una forma simple de auto
engaño, ya que es mejor no ver para no sufrir, y en esto está
fundamentado casi el 100% de las familias.
Existe
un programa que está inserto desde hace generaciones en tu árbol
genealógico que dicta que lo primero es la sangre, y todo el daño que te
hace la sangre, hay que tragarlo. Todas las generaciones anteriores a
la mía, entendieron que la unidad y el buen clima de la familia se
sustentaba en la capacidad para tragar sin rechistar, toda esa toxicidad
emocional, que años más tarde acaba aflorando en forma de enfermedades y
patologías de diversa índole. Callar y aguantar es sinónimo de
enfermedad, y no soy yo quien lo dice, está demostrado. Pero seguir
insistiendo en que todo está bien y el sol brilla, a la larga puede
acabar aflorando del modo menos esperado.
Ahora
tienes hijos, y si no has puesto pies en polvorosa y tu autoengaño a
provocado que tu familia feliz solo sea una creencia errónea y sin
argumentos, tus hijos estarán condenados a repetir los mismos patrones
de chantaje, victimismo y egoísmo. Es lo que estoy estudiando ahora, los
niños que son criados en ambientes tóxicos, comienzan a reproducir el
modelo que tú has acabado reproduciendo de tu Padre/Madre, si no tomamos
conciencia de nuestra propia toxicidad y tratamos de sanarla,
acabaremos manchando a nuestros propios hijos con esa falsa forma de
entender las relaciones amor entre los miembros del núcleo.
Podrás
tener depresión, podrás tener ataques de pánico, ansiedad, trastornos
compulsivos, pero ninguna de esas causas serán reconocidas como una
acumulación de tóxicos emocionales en tu organismo causados por tu
propia familia.
Todos son felices, todos mienten.
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