En
física nuclear, la fisión es una reacción nuclear, lo que significa que
tiene lugar en el núcleo atómico. La fisión ocurre cuando un núcleo
pesado se divide en dos o más núcleos pequeños, además de algunos
subproductos como neutrones libres, fotones (rayos gamma) y otros
fragmentos del núcleo como partículas alfa (núcleos de helio) y beta
(electrones y positrones de alta energía). Wiki
Como en su momento hablé a calzón quitado,
hoy toca detonar una bomba. El 2 de agosto de 1939, Albert Einstein
dirigió una carta a Franklin Delano Roosevelt, reclamando su atención
sobre las investigaciones realizadas por los científicos Enrico Fermi y
Leó Szilárd, mediante las cuales el uranio podría convertirse en una
nueva e importante fuente de energía. En dicha carta además, explicó la
posibilidad de fabricar bombas sumamente potentes:
Recientes trabajos realizados por Enrico Fermi y Leo Szilard, cuya versión manuscrita ha llegado a mi conocimiento, me hacen suponer que el elemento uranio puede convertirse en una nueva e importante fuente de energía en un futuro inmediato [...] se ha abierto la posibilidad de realizar una reacción nuclear en cadena en una amplia masa de uranio mediante lo cual se generaría una gran cantidad de energía [...]
Este nuevo fenómeno podría conducir a la fabricación de bombas y, aunque con menos certeza, es probable que con este procedimiento se pueda construir bombas de nuevo tipo y extremadamente potentes.
Carta de Einstein enviada a Roosevelt en 1939.
En
definitiva y resumiendo muchísimo, la fisión nuclear es la rotura del
átomo de hidrógeno (H) por medio de un elemento inestable como el
uranio. Podríamos hacer una analogía con DDLA, pues ésta sería la bomba y
los artículos el núcleo de uranio, cuya inestabilidad produce que se
rompan los arquetipos mentales de los hidrógenos de la inconsciencia de
sus lectores. El problema es que esa ruptura es una reacción en cadena
que es incontrolable por la misma bomba (DDLA) y termina siendo
perjudicial para la consciencia de los mismos.
Vivimos
y existimos en un universo dual, donde los opuestos son protagonistas y
se reemplazan entre ellos continuamente intentando encontrar un
equilibrio que sólo lo puede dar la trialidad. El problema radica en que
no se puede comprender el número tres si se cree ser el dos, en otras
palabras contemplar la trialidad desde la dualidad es un imposible. Este
vaivén entre extremos de la dualidad produce que lo que antes era
inamovible ahora sea reemplazable, y lo que antes era reemplazable ahora
sea inamovible. Eso termina siendo más de lo mismo, manipulación de la
realidad.
Me
considero un desprogramador y programador, por consiguiente aunque
intento no serlo, termino siendo a fin de cuentas un manipulador de
mentes, pues reemplazo unas runas con otras más acordes a mi subjetiva
interpretación de lo que es real en mi particular y único universo.
Esto no quiere decir que esté mal, pero tampoco que esté bien, pues la
superlatividad rige ante todo y nada de lo que es malo o bueno para
algunos tiene porque ser malo o bueno para otros. Tomemos el caso de
los demiurgos y Demiurgos, ellos tienen sus propios intereses, y aunque
para nosotros sean malos o buenos, no tienen que serlo para ellos o para
otros, así que Baphomet, Wotan y el Dragón no deja de ser lo mismo, pues forman esa trialidad que hace al equilibrio de la creación.
Tendemos a mistificar la información y el conocimiento, logrando que este se transforme en ilusión y terminando por ser un místico mistificado,
esto es una de las principales causas de que nada prospere hasta la
sabiduría, pues el conocimiento se enquista como algo “sagrado” cuando
no lo es. Diré las cosas por su nombre, no somos dragones, a lo sumo
somos un proyecto de lagartijas creídas dinosaurios. No somos
hiperbóreos, a lo sumo somos hiperilusos creídos hiperhéroes. No somos
Viryas, a lo sumo somos Pasus con intenciones de altruismo egóico. No
somos nada con lo que la mayoría se llena la boca, porque aún se llenan
la boca con “etiquetas” arquetípicas que separan en vez de unir. Un
Dragón, un Hiperbóreo, un Virya, no dice nunca que lo es, pues es su
naturaleza serlo y no necesita confirmar ante los demás a cada momento
que es tal o cual cosa, haciendo una diferencia elitista entre
vulgaridad e iluminación.
Comencé
este artículo definiendo la fisión, pero he comprobado que la fisión
nuclear no es la más peligrosa de las energías, pues la fisión del
núcleo del ego
la supera, porque divide al humano en cantidad de ilusorias
personalidades creídas superadas, intentando imponer sus creencias,
ideas y opiniones, cuando no pueden siquiera reconocer que aún son Pasus
asustados que se refugian en la ilusión de aquel que se cree superado y
que cree que no tienen nada más que aprender. No existe el Do, no
existe el Ser, no existen los MS, sin la verdadera humildad de aquel que
se reconoce igual a su prójimo, sea éste un simple pasu, un humano o un
dios, porque la única forma de llegar es alejándose, para que el alfa y
la omega se fusionen al comprender que la trialidad es la que unifica
los opuestos para que la creación tome el verdadero sentido, el sentido
de la vida única e inseparable en nuestra acotada e inmadura esfera de
consciencia.
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