La pirámide de Kukulkán, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en
Yucatán, está construida sobre un cenote. Investigadores de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizaron el
descubrimiento tras detectar el depósito de agua mediante una tomografía
eléctrica tridimensional llevada a cabo con 96 electrodos. La pirámide
se ubica sobre una capa de roca caliza de unos cinco metros de grosor.
“Sabemos que en las zonas kársticas todas las redes de agua son
subterráneas. Entonces, ello, aunado al concepto de la matriz materna,
del origen de la vida, y del agua, que es el origen de la vida, tenemos
un doble significado, que es muy importante. Por tanto, teniendo en
cuenta todos estos conceptos, asociamos que una cavidad tenía un escalón
esencial en el pensamiento mágico y religioso”, dijo la antropóloga
Denisse Argote. El cuerpo de agua tendría un máximo de 35 metros de
longitud y 20 de profundidad. El grupo de expertos inciará el próximo
octubre una segunda etapa de investigaciones para hacer una
reconstrucción del interior de la pirámide.
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