El terror ha golpeado
Bruselas
este martes con una serie de explosiones que han afectado el aeropuerto
y una estación de metro y han causado al menos una treintena de
muertos. El alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, ha informado en una rueda
de prensa de que "unas 20 personas" han perdido la vida en el metro y
fuentes del cuerpo de bomberos de la capital belga han indicado a la
agencia France Presse que otras 14 personas han fallecido en el
aeropuerto. Más de 200 personas han resultado heridas. El Gobierno de
Bruselas ha cerrado todas las líneas de transporte público. "Temíamos un
ataque terrorista y ha sucedido", ha afirmado el primer ministro belga,
Charles Michel, en una comparecencia pública junto al fiscal general
belga, Frédéric Van Leeuw. "Hubo dos explosiones en la zona de salidas
[del aeropuerto], una de ellas probablemente causada por un ataque
suicida", ha indicado el fiscal.
Una doble explosión en el área de salidas del aeropuerto de Bruselas-Zaventem (
Bélgica)
poco antes de las ocho de la mañana ha causado víctimas mortales y
provocado el cierre de las instalaciones y la cancelación de todos los
vuelos. Apenas hora y media más tarde, se ha registrado una nueva
explosión en el metro de Bruselas, en la estación de Maelbeek, muy cerca
de todas las instituciones europeas. La estación ha sido clausurada.
El primer ministro no ha precisado aún el número de víctimas. Michel
ha asegurado que la policía "está tratando de estabilizar la situación",
además de desplegar a las fuerzas de seguridad, entre ellas el
Ejército, en lugares donde "aún existe preocupación" de que pueda haber
problemas. Esta mañana ha habido varios registros en la capital belga.
Michel, con corbata negra, ha hablado de tragedia y ha instado a los
ciudadanos a permanecer "unidos y solidarios".
Van Leeuw ha confirmado que uno de los ataques del aeropuerto ha sido
perpetrado "por un kamikaze" y ha hablado de "heridos graves", sin más
concreción. La policía federal, encargada del caso, se centra ahora en
averiguar quiénes son los autores y si alguno de ellos se ha podido dar a
la fuga, ha asegurado Van Leeuw. También ha explicado que la policía ha
tenido que realizar un trabajo enorme en esa explanada de salidas
porque, tras la deflagración, todos los viajeros han huido y dejado
abandonados los equipajes. Y la prioridad era, en ese momento, asegurar
que ninguna de esas maletas pudiera contener explosivos. "Ponemos todo
de nuestra parte para normalizar la situación", ha asegurado el fiscal.
La policía ha encontrado un rifle Kaláshnikov en la zona y un cinturón
de explosivos sin detonar. Una brigada lo hará estallar de forma
controlada, ha informado la cadena privada VTM, según recoge la agencia
Reuters.
Testigos citados por medios belgas apuntan que en el aeropuerto se
oyeron gritos en árabe antes de las detonaciones. Después de las
explosiones, dos estudiantes de enfermería que partían de viaje de
estudios a Lisboa
recorrían a pie el camino que separa el aeropuerto de la carretera, donde esperaban ser recogidas, informa
Álvaro Sánchez.
"Hemos oído dos fuertes explosiones y salía polvo y humo. Una compañera
nuestra se ha ido en ambulancia herida en una pierna", han afirmado aún
asustadas. En un momento se han detenido y el horror ha aparecido en la
cara de una de ellas mientras miraba la pantalla de su móvil: "¡En el
metro también!", ha dicho en referencia a los ataques en el suburbano
bruselense.
"Estaba en la fila para registrarme y he escuchado una explosión. He visto humo y he visto a personas correr hacia la salida. Ha habido una segunda explosión mucho más cerca de mí después", ha explicado un testigo de los hechos a RTL. "Se ha ido todo el mundo del aeropuerto con pánico, la mayor parte de las personas han dejado sus maletas allí. Los coches han sido evacuados", ha asegurado. El servicio de trenes al aeropuerto ha sido suspendido.
Las explosiones en Bruselas se producen cuatro días después de la
detención del yihadista Salah Abdeslam, huido tras los atentados del 13 de noviembre en París, que provocaron 130 muertos.
Varios países han reforzado al máximo las medidas de seguridad en los
aeropuertos y han cancelado vuelos. Tras las explosiones, la frontera
por carretera y tren entre Bélgica y Francia ha sido cerrada. Y la red
europea de trenes de alta velocidad Thalys —con conexiones entre París y
Bruselas, Colonia y Ámsterdam— ha anunciado que ha interrumpido por
completo sus trayectos. La compañía Eurostar, que conecta por tren
Bruselas, París, Londres y Lieja, entre otras ciudades, ha cancelado sus
servicios con origen o destino en la capital belga. Las instituciones
de la UE están en nivel naranja de alerta, las reuniones han sido
suspendidas y solo se permite el acceso a los funcionarios
identificados.
La alerta antiterrorista en Bélgica se encontraba en el nivel 3, pero
después del atentado de este martes el Gobierno la ha elevado al 4, el
máximo, que ya
estuvo activado entre el 21 y el 25 de noviembre
de 2015. Entonces, el primer ministro belga, Charles Michel, advirtió
de la posibilidad de que se produjera un atentado similar al de París.
El nivel actual indica la existencia de "una amenaza posible y creíble".
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