La fortuna del chico de la Lotería del Táchira
12.02.2016 18:23
No solo la suerte ha favorecido a Luis Aníbal Velásquez Rosas. Con solo 25 años de edad, el hermano menor del llamado “Rey de la cabilla” ostenta uno de los cargos más codiciados de Venezuela: la presidencia de la lotería más grande del país. Su designación fue un traje a la medida, los diputados regionales modificaron con premura una legislación que regía este cargo para que este joven cumpliera con el perfil. Antes, solo era conocido por ser ancla de la emisión juvenil de Globovisión y por figurar como manager del cantautor Hany Kauam. Hoy es investigado por la Fiscalía de República Dominicana por presuntamente estar involucrado en préstamos fraudulentos hechos por el Banco Peravia.
San Cristóbal.-En República Dominicana quieren saber quién es Luis Aníbal Velásquez Rosas. Se lo pregunta la Fiscalía, los abogados de los clientes afectados por el desfalco del Banco Peravia y hasta algunos ciudadanos de ese país. Su nombre, al igual que el de un nutrido grupo de venezolanos, es referido un par de veces en los expedientes judiciales abiertos en contra de la quebrada entidad bancaria, propiedad de los venezolanos José Luis Santoro, Gabriel Jiménez Aray y Daniel Morales Santoro, quienes presuntamente están involucrados en una serie de préstamos fraudulentos de miles de dólares.
A Velásquez Rosas le otorgaron 2.000.000 de pesos dominicanos (44.058 dólares) y dos tarjetas de crédito que, al parecer, sirvieron para hacer operaciones fraudulentas que beneficiaron a los banqueros. A esa conclusión ha llegado César Amadeo Peralta, uno de los abogados de las víctimas esquilmadas. El nombre de este joven de 25 años, antiguo presentador de la emisión juvenil del noticiero de Globovisión y actual presidente del Kino Táchira, figura en un listado anexo a la auditoría efectuada por la Fiscalía de Santo Domingo al Banco Peravia. La mayoría, según Peralta, son familiares, amigos o conocidos de Santoro y Jiménez que se trasladaron a República Dominicana para hacer negocios con ellos.
Prófugos de la justicia de ese país, Santoro y Jiménez aparecen en la lista de personas solicitadas por Interpol. El retrato que de ellos elabora Peralta es el de dos personas despreocupadas por seguir los controles que establece el sistema financiero de ese país para sus clientes, que otorgaron tarjetas de crédito de forma indiscriminada y por montos elevados. Muchas de los favorecidos, dice, sobrepasaban el límite de las tarjetas y no pagaban sus deudas. “Fue una manera de desfalcar a otros ahorristas”, afirma Peralta, quien estima que los culpables pudiesen ser enjuiciados por fraude bancario, enriquecimiento ilícito y lavado de activos, complicidad y asociación de malhechores, entre otros.
Según uno de los informes manejados por la Fiscalía de Santo Domingo, entre sus dos tarjetas de crédito, que vencieron el 1 de noviembre de 2014, Velásquez Rosas tenía un límite de crédito de casi 500 mil pesos dominicanos (un total de 11.011 dólares), con las que efectuó diferentes operaciones que fueron calificadas como “fraudulentas”.
Vida de estrella
Mientras es investigado en ese país, Velásquez Rosas sigue con su cotidianidad en Venezuela. Se retrata en actos públicos, expone fotografías y escribe poemas en Instagram. Como presidente de la Lotería del Táchira, uno de los más prestigiosos negocios en los andes venezolanos, la fortuna parece hacerle guiños.
Al cargo llegó en medio de una polémica. El exdiputado por el estado Táchira, Abelardo Díaz, acusó entonces al gobernador de Táchira, José Gregorio Vielma Mora, de cometer una supuesta estafa de más de 47 millones de bolívares mediante los conciertos “Amo Táchira”, celebrados en enero del 2015 durante la tradicional Feria de San Sebastián. La Gobernación del Táchira contrató a la empresa GM Show Production C.A., cuyos propietarios son el cantante Omar Enrique Gotera y su mamá Zimaray Meléndez.
Según Díaz, esta compañía cobró con sobreprecios. “Luis Aníbal Velásquez, sin ser apoderado o socio formal de GM Show Production, pagó, el 23 de enero de 2015, con un cheque personal en la agencia Banesco de La Castellana (Caracas) unos 450.000 bolívares los impuestos municipales derivados de la contratación de la compañía. El cheque no tenía fondos y posteriormente canceló en dinero efectivo. También se encargó de tramitar los permisos necesarios para la contratación de esta compañía ante la Alcaldía de San Cristóbal. Nos causa suspicacia su vinculación con esta empresa”, denunció.
Tras concluir los conciertos de “Amo Táchira”, Velásquez Rosas fue nombrado por Vielma Mora como el nuevo presidente de la lotería regional. El cargo, codiciado por los tachirenses, requería de ciertas condiciones como ser mayor de 25 años de edad y contar con un título universitario. Pero el Consejo Legislativo del Estado Táchira (CLET), cuya mayoría parlamentaria apoyaba al gobernador y militaba en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), modificó con premura la legislación de la lotería y así con solo 24 años y sin concluir sus estudios en las carreras de Derecho y Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, Velásquez Rosas se convertía sin ninguna traba en el nuevo presidente de la estatal de los juegos.
Gustavo Delgado, diputado del CLET, todavía se pregunta por qué fue designado en ese cargo: “Había muchos aspirantes y con amplia trayectoria, por qué nombran a este muchacho que ni siquiera es conocido en la región andina”.
En San Cristóbal, capital de Táchira, es reconocido por ser la figura detrás del gobernador y de su esposa. Los acompaña en sus campañas políticas, divulga mensajes en sus redes sociales a favor de la pareja Vielma y aparece retratado con ellos. Un grupo de periodistas asegura que, incluso, les asesora en sus comunicaciones públicas. “Es como un hijo de Vielma Mora. Se cuida mucho, no habla de los negocios de la lotería en reuniones. Prefiere estar con la novia, que trabajó en la Alcaldía de San Cristóbal, o los amigos en tiempos libres”, indica un conocido en esa entidad.
Sin presentar pruebas que respalden sus denuncias, los concejales del CLET aseguran que los negocios de la Lotería del Táchira no son llevados correctamente desde que Velásquez Rosas asumió la presidencia. Apenas exponen una supuesta baja en la publicidad, en las donaciones y los eventos del Kino, y el cambio de televisora que transmite el popular sorteo.
El niño que leía noticias
Seis años atrás, Velásquez Rosas solo era uno de las anclas de la emisión juvenil del canal de noticias Globovisión. También era uno de los rostros fotografiados en las fiestas nocturnas de Caracas. Su cumpleaños 19 fue celebrado en un conocido local de Las Mercedes, que fue alquilado para sus amigos y familiares. Más delgado y sin barba, con una novia a la que besaba, sosteniendo una copa de vino, abrazando a los amigos y fungiendo de DJ, así quedaría retratado en las fotos del magazine Rumberos.
De su paso por Globovisión son pocos los registros. Es descrito por excompañeros como “carismático”, “presumido” y por ser “elegante” en su forma de vestir. “Saludaba a todos, así como los políticos”, dice una periodista que compartió con él. Velásquez Rosas cambió la emisión juvenil del canal de noticias para desempeñarse como manager del cantante Hany Kauam y director de la disquera Let’s Go Records.
Armando.info intentó conocer la versión de Velásquez Rosas sobre su presunta participación en los préstamos fraudulentos del Banco Peravia y por las denuncias hechas por los legisladores tachirenses, pero no fueron contestadas las peticiones de entrevistas hechas por teléfono y correo electrónico.
Los negocios familiares
El presidente de la Lotería del Táchira es el menor de los tres hermanos Velásquez Rosas. Su semejanza física con los otros dos es notoria: baja estatura, cejas pobladas, piel clara, nariz redondeada y labios gruesos. “Tus hijos parecen trillizos, son muy parecidos entre sí”, comenta una amiga a Zoraida Rosas, madre de los hermanos Velásquez, en su cuenta de Facebook.
Al mayor, Luis Salvador, se le involucró en una red de venta clandestina de cabillas. Por esto estuvo detenido dos años en las celdas de la Dirección de Inteligencia Militar, pero fue puesto en libertad en 2013. De ese episodio adquirió el mote del “Rey de la Cabilla”. Antes de este escándalo había ocupado cargos como gerente de Comercialización de la Siderúrgica de Orinoco (Sidor), presidente de Ferresidor, miembro de las juntas interventoras de Orinoco, Iron, Briqven y Cemex y fungir como coordinador de Finanzas del PSUV y directivo de los equipos de fútbol y baloncesto, de Mineros y Gigantes de Guayana, respectivamente. Se le vincula con el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez.
Su capital financiero es cuestionado. Según la Gaceta Oficial número 40.550 publicada el 27 de noviembre del 2014, la Contraloría General de la República pide la verificación de la declaración jurada de Luis Salvador y de su esposa, María Assuanda Di Sarli, por presentar inconsistencias.
El hermano del medio, Carlos Aníbal, es un empresario que dirige una influyente cuenta de Twitter (@esen_serio), que acumula más de 36.500 seguidores y exalta el humor sarcástico. Es conocido como “El Nenecio” y por ser pareja de la animadora de televisión y actriz Bárbara Sánchez, además es manager de cantantes y exgerente de Recursos Humanos de Venezolana de Cementos.
Pero a esta familia no solo le une la sangre, también dirigen negocios juntos en el exterior. Luis Aníbal es el presidente de la empresa Grupo Roraima S.A., registrada con un capital de 5.000 dólares en Panamá, el 11 de marzo de 2011, mientras que su madre Zoraida Rosas funge como tesorera y su padre, Luis Aníbal Velásquez, como otro accionista. Esta sociedad anónima se encarga de la compra y venta de bienes muebles e inmuebles.
La compañía Finn Investment Group Corp es otro negocio familiar fundado en Panamá. Como directores figuran Carlos Aníbal, otra vez la madre de los hermanos Velásquez Rosas y el brasileño Antonio Carlos de Oliveira. Solo invirtieron 10.00 dólares para poner en marcha esta empresa que fue registrada el 30 de mayo del 2008 y que se dedica a la compra, venta, transferencia, negociación, financiamiento, entre otras actividades, de “toda clase de bienes”, sean muebles o inmuebles.
Dos personas que conocieron a los hermanos Velásquez Rosas durante su niñez coinciden en que no provienen de una familia con grandes fortunas. “Los padres son muy conocidos en el gremio de la educación. Vivieron mucho tiempo en El Tigre (Anzoátegui). No tenían negocios conocidos. Zoraida es hermana del exgobernador (de Anzoátegui) Alexis Rosas”, dijo una fuente que prefirió resguardar su identidad.
Rosas fue empleada de la Dirección General de Supervisión y Formación de Personal Docente Regional 2 del Ministerio de Educación, donde trabajó como coordinadora entre los años 1976 y 2010. Mientras que el padre, Luis Aníbal Velásquez, también destaca en la docencia en planteles privados del oriente del país. Pero fue hace menos de una década que la suerte de esta familia giró
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