EL KARMA Y EL DHARMA... TARDE O TEMPRANO LA JUSTICIA DIVINA DE QUE LLEGA LLEGA... ESTE 6 DE DICIEMBRE VAMOS TOD@S A RECUPERAR NUESTRA ASAMBLEA NACIONAL Y MUCHO MAS... UNID@S SOMOS MAS ¡

El Karma es la manifestación de una justicia divina por su esencia, representada por la ley de las consecuencias.

Cada acción origina una reacción: Recogerás lo que siembres.

Es la ley de la causa y efecto. Esto hace referencia al propio principio de la evolución humana a través de la reencarnación, según la tradición esotérica.
El principio de la reencarnación es una realidad concreta: los pactos y compromisos aceptados por nosotros mismos, procedentes de vidas anteriores, permiten aligerar o cargar el equipaje de nuestra alma, para el tiempo que dure esta existencia. Es lo que se entiende como "decreto kármico"
No es preciso que nuestras vidas anteriores tengan una influencia directa pero, al formar parte de un patrimonio de adquisiciones, de ahí tendremos que volver a construir.
Esto nos proporciona una memoria inconsciente para mejorar nuestros actos y pactos de vidas anteriores. Por ello, no es importante saber lo que se ha sido, sino lo que se va a ser. Muchas personas que creen en la reencarnación desean haber sido algún personaje famoso, y no debemos olvidar que siempre han existido personas de todas las clases.
El Karma se va asimilando con las pruebas de nuestra vida cotidiana, por eso el éxito también forma parte de la ley de las consecuencias: es el reflejo de las lecciones aprendidas y aplicadas, convertido en Dharma.
Es verdad que antes de estas manifestaciones positivas o negativas que están inscritas en las líneas de nuestra vida, habrá hecho falta gastar mucha energía, contar con el tiempo y con nosotros mismos, para el alcance de nuestros objetivos. Y no debemos olvidar que el Universo también tiene mucho que decir en nuestro recorrido.

¿Qué es el Dharma? 

El Dharma es la consecuencia de nuestros buenos actos. Siempre que sigamos correctamente nuestra enseñanza en la vida, nuestros Karmas irán convirtiéndose en Dharmas. Es el efecto de la causa en nuestro beneficio.

El Dharma borra el mal acumulado del Karma, siempre que seamos capaces de no repetir nuestros errores. No hay nada que nos condene más que viajar por la vida con los ojos cerrados.
Cuando realmente entendemos que, en la vida, son todo lecciones que debemos aprender día a día para con ello crecer personalmente, nos damos cuenta que realmente somos los culpables de nuestros malos actos y por esto, rectificar a tiempo nos facilita comprender que lo que hayamos sufrido en nuestra vida es consecuencia de lo que sembramos en el pasado.
Ésta es una lección que, al aprenderla, hace que levantemos nuestro Karma convirtiéndolo en un Dharma. Es la superación que necesitamos aprender para avanzar a la iluminación.