Virgen de Nuestra Señora del Valle: Más vigente que nunca en el corazón de sus devotos
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El culto a la patrona de Margarita y Oriente está más vigente que nunca en el corazón de sus devotos, quienes la acompañarán, venerarán y amarán en su día, agradeciéndole los favores y milagros concedidos
Cada 8 de septiembre devotos de todo el país celebran el día de la Virgen del Valle, patrona del oriente de Venezuela. Esta fecha coincide con la fiesta de la natividad de la Virgen María, y es una de las principales y más celebradas advocaciones en Venezuela, siendo venerada Nuestra Señora con especial devoción en la Isla de Margarita.
La devoción a María, bajo la advocación del Valle en el oriente venezolano, se centra en una imagen que es representación de la “Purísima”, como solían llamarla los españoles en el siglo XVI. “La Vallita” es venerada cada año por miles de peregrinos de todas partes del país, en su santuario ubicado en el Valle de Margarita, cerca de Porlamar.
No obstante, las festividades en honor a la Patrona de los Pescadores y Marineros que duran varios días (hasta el 15 de septiembre aproximadamente) se extienden a otras localidades del país, donde se realizan actos religiosos en honor a la Santísima Virgen; y es que “la más dulce de las madres”, considerada así por los pescadores y marineros, es el más sublime vínculo que une a los margariteños. Así lo aseguran los neoespartanos, quienes señalan que “dondequiera que esté un margariteño, ahí está “La Vallita”.
Origen de la Virgen del Valle
Cuenta la historia que en los inicios de la conquista los españoles fundaron en la isla de Cubagua, la ciudad de Nueva Cádiz. Durante ese período los habitantes de esta ciudad cubaguense encargaron a España una imagen de la “Purísima”, para poner la ciudad bajo su protección y para rendirle adoración en uno de los templos que se levantaban en Nueva Cádiz.
La imagen llegó a Cubagua probablemente en el año 1530, pero pocos años después, el 25 de diciembre de 1541, un huracán arrasó con Nueva Cádiz y con ella la iglesia donde se encontraba la imagen de la Virgen. Al salvarse milagrosamente, los pobladores de Cubagua decidieron ponerla salvo, llevándola en 1542 a una hacienda en El Valle de la isla de Margarita, donde le construyeron una pequeña ermita. Con el paso del tiempo el lugar dio el nombre a la imagen, que comenzó a llamarse la Virgen del Valle.
Correspondió al Padre Francisco de Villacorta, principal promotor de la fundación de la villa del Espíritu Santo, quien ejercía para ese entonces el cargo de vicario de las islas, recibir, bendecir y entronizar la imagen de la Purísima, ubicándose este acontecimiento en el año 1542.
Historia de su culto
El fervor despertado a lo largo de los años por la Virgen del Valle no ha estado exento de cierto sincretismo, llegando a mezclarse la historia con las leyendas, extendiéndose la opinión de que la imagen proviene de una especie de aparición a los indígenas de la isla, en el cerro de El Piache. Otros, señalan que fue encontrada en la playa de Guaragua cerca de Porlamar.
Sin embargo, el libro “Muchos rostros, una Madre” de la autora Adela González de Guerrero refiere que la historia es más objetiva y ella nos confirma que la imagen es de manufactura española y traída al nuevo continente, vinculándose -como se ha expresado anteriormente- con dos lugares geográficos: Cubagua y Margarita. La imagen ha sido canónicamente coronada. Este acto viene a ser la consagración oficial de parte de la iglesia, del renombre, mérito y valor de dicha imagen, por su antigüedad o por los milagros concedidos.
Patronazos de Nuestra Señora del Valle
Sumado a los patronazgos declarados por la Iglesia, hay uno que sin tener documento oficial es el primero nacido de un pueblo que, por su condición insular, ha vivido del mar: Patrona de los pescadores y marineros. “Muchos Rostros, una Madre”, texto al que anteriormente hicimos mención, relata que la “Purísima” es la que invoca el marinero en sus arduas faenas.
Los testimonios de la protección de la Virgen a su pueblo son innumerables. “La Vallita” es inclusive la “Virgen Patriota”, declarada así por la fuerza que significó para un puñado de margariteños en las luchas independentistas. Uno de los testimonios de la intervención de Nuestra Señora en las gestas emancipadoras, refiere el de la bala (actualmente engastada en oro) que hizo blando en el pecho del general Juan Bautista Arismendi en un combate y que se aplastó al chocar con la imagen de la Santísima Virgen, cayendo a sus pies sin hacerle daño.
En cuanto a los testimonios como Patrona de los pescadores y marineros, cuenta la historia el de un pescador herido en el acto de bajar al fondo del mar con su cesta para sacar ostras. Como consecuencia de ello, se le formó una úlcera que más tarde fue infectada por la gangrena.
El médico que le vio en aquel estado consideró que sólo la amputación de la pierna podía salvarlo. El enfermo volvió a sus ojos a María, advocación del Valle, y le hizo el voto de que si le salvaba de la operación y le devolvía la pierna, le dedicaría la primera perla iría a buscar después de haber sanado.
Curado en poco tiempo se lanzó de nuevo al mar, sacó del fondo una concha y entre los reflejos del nácar apareció una perla de rara forma, como de una pierna regularmente imitada, que tenía en uno de sus lados una señal de cicatriz, justamente en el lugar que correspondía a la herida. Hoy día esta perla se encuentra entre las joyas de la venerada imagen.
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