La tumba de un pintor y caballero de Santiago, galeones hundidos o el oro (saqueado) perdido de la República son algunos de los tesoros españoles que, entre el hecho y la leyenda, aguardan para ser descubiertos.
Algunos de los tesoros españoles más
célebres que están por desubrir pertenecen todavía al campo de la
leyenda y la especulación. Otros, por el contrario, son hechos
comprobados pero que por la dificultad o el coste de su recuperación,
esperan enterrados o sumergidos, mejores tiempos económicos.
Aunque no todos tienen una relevancia arqueológica científica, al menos comparten una cosa en común . Su misterio.
La tumba de Velázquez
Desde el S.XIX, los intentos de recuperar los restos
del célebre pintor sevillano nunca han tenido éxito. La teoría más
extendida es que estaría enterrado en algún lugar bajo la madrileña
Plaza de Ramales, donde todavía debería estar la cripta de la iglesia de
San Juan Bautista, construida en el s. XII y destruida en 1812 por
orden de José Bonaparte. El proyecto más ambicioso tuvo lugar en 1998
cuando el Ayuntamiento decidió emprender la excavación de la iglesia.
Sin embargo, la posibilidad de dar con el pintor y caballero de Santiago
era reducida dado que, en el mismo templo, yacían enterrados cientos de
personas cuyos cadáveres a menudo eran retirados de sus sepulturas para
acoger los cuerpos de nuevos personajes ilustres de la villa y corte.
Galeón hundido. -
Los galeones de Rande
En 1702 tuvo lugar en la ría de Vigo una de las
derrotas navales más “caras” para la flota española de la época.
Conocida como la Batalla de Rande, el combate enfrentó a una escuadra
combinada franco-española contra una anglo-holandesa que se saldó con el
hundimiento de la mayor parte de la “Flota del Tesoro”, formada por 19
galeones españoles, cargados en su mayoría con plata del Nuevo Mundo. El
evento fue recordado por Julio Verne en su obra Veinte mil leguas de
viaje submarino, donde el famoso capitán Nemo fijaba la cantidad de
riquezas hundidas en torno a los 500 millones, aunque también señalaba
que gran parte del tesoro ya habría sido recuperado en tiempos de Felipe
V. Confirmando la teoría de Nemo, la Real Academia Gallega y la
Universidad de Santiago también coinciden en desmontar la leyenda,
afirmando que hay documentos que atestiguan que los galeones descargaron
su cargamento antes de la batalla y que la plata viajó por tierra a
lomos de bueyes y carros hasta Madrid. No obstante, todavía hoy diversas
empresas cazatesoros de diferentes naciones continúan interesándose por
su búsqueda y presionando a la Xunta de Galicia para que les concedan
los permisos de excavación.
Camión militar trasladando las obras del Museo del Prado a Valencia. 23 de julio de 1937. - MNP
El 'séptimo camión' del oro del Banco de España
En los últimos años de la II República, el gobierno de
Negrín, tras evacuar Madrid, ordenó el traslado de reservas de oro del
Banco de España y algunas obras de arte del Museo del Prado
a la mina de talco de La Vajol (Girona). Antes del colapso final,
ordenó el envío de siete camiones rumbo a Francia cargados además con
valiosos objetos que la 'Caja General de Reparaciones' del Ministerio de
Hacienda había incautado a civiles filofascistas. La leyenda dice que
sólo seis llegaron a su destino. El 'séptimo camión' si es que realmente
existió, llevaría 10 toneladas de oro. Según el escritor y cazatesoros
Robert Charroux, sus conductores decidieron enterrarlo en una zona
pantanosa cerca de Saint-Cyprien, memorizaron el lugar y se entregaron a
los gendarmes franceses. 20 años más tarde Charroux y uno de los
conductores volvieron para encontrar el tesoro, pero la vegetación había
cambiado y nunca dieron con él. Sin embargo, los rumores y testimonios
locales describieron durante años la explosión económica de los
vecinos de la zona de una forma inexplicable.
El Santísima Trinidad
En Julio de 2009, el buque hidrográfico de la Armada,
el Malaspina, durante unas demostraciones de sonar de barrido lateral,
captó una imagen acústica que por su dimensión y su emplazamiento hacían
pensar que se tratase del Santísima Trinidad. El Navío de Línea de
cuatro puentes y 140 cañones fue el más grande su época y el buque
insignia de la escuadra española durante la batalla de Trafalgar en
1805. Confirmado por la Universidad de Cádiz y por el Instituto
Hidrográfico de la Marina, se comenzó a plantear su posible excavación.
Sin embargo, la dificultad que entraña la profundidad y el costo que
supondría para el Estado, hace descartar su recuperación hasta periodos
de mayor bonanza económica.
Arqueólogos en busca de la fosa de García Lorca en Alfacar, Granada. - EFE/Jesús Ochando
La tumba de García Lorca y las fosas de la Guerra Civil
Pero sin duda el mayor tesoro perdido de España son los
114.000 desaparecidos durante el transcurso de la Guerra Civil que
fueron fusilados y enterrados en fosas comunes por todo el territorio
nacional. La cifra coloca a España como el “segundo país del mundo, tras
Camboya, en mayor número de personas víctimas de desapariciones
forzosas cuyos restos no han sido recuperados ni identificados”, según
recalca la asociación española Jueces para la Democracia.
De entre los represaliados ilustres, el más
significativo y cuya investigación ha suscitado mayor entusiasmo ha sido
la del poeta Federico García Lorca. El granadino de 38 años fue
fusilado en el paraje de Fuente Grande, en el municipio de Alfacar
(Granada), en compañía de los banderilleros Francisco Galadí, Joaquín
Arcollas y el profesor Dióscoro Galindo. La multitud de rumores,
anécdotas e historias de los que aseguran haber estado allí han arrojado
más dudas que certezas sobre su paradero final, aumentando aun más la
leyenda. Tras varios intentos de dar con su paradero y toda una polémica
en torno a la cuestión legal de la apertura de fosas, la familia de García Lorca decidió dejar de buscar
aduciendo que la exhumación “no aclarará nada”. Sin embargo, las
nietas de Galindo y Galadí trasladaron la causa a los tribunales
granadinos dispuestos a “llegar hasta el final.
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