Leviatán
Leviatán (del hebreo לִוְיָתָן, liwyatan, enrollado) es una bestia marina del Antiguo Testamento, a menudo asociada con Satanás, creada por Dios (Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Génesis». Bibliaversión Reina-Valera (Wikisource).). El término Leviatán ha sido reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo hoy en día de gran monstruo o criatura.1
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[ocultar]Judaísmo[editar]
En el Génesis, Leviatán es mencionada de forma implícita (Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Génesis». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).): "Dios creó los grandes {cetáceos} - Tininim" en hebreo.
En este verso Rashi declara: "De acuerdo a la leyenda esto se refiere al Leviatán y su pareja, ya que esta es la reencarnación de la serpiente de Adán y Eva. Dios creó un Leviatán macho y una hembra, entonces mató a la hembra y la dio de comer para los honestos, ya que si los leviatanes llegaran a procrear, entonces el mundo no podría interponérseles." Jastrow traduce la palabra "Tininim" como "monstruo marino, cocodrilo o gran serpiente".
La palabra "Leviatán" aparece en los siguientes libros bíblicos:
En aquel día Yahvé castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al Leviatán serpiente tortuosa ; y matarán al dragón que está en el mar(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Isa 27, 1». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).)
Rompiste las cabezas del Leviatán; y lo diste por comida a las tortugas de mar.(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Salmo 74, 14». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).)
Por allí circulan los navíos y Leviatán que hiciste para entretenerte.(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Salmo 104, 26». Biblia versión Reina-Valera(Wikisource).)
¿Sacarás tú al Leviatán con el anzuelo, o con cuerda que le eches en su lengua?(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Job 41, 01». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).)
En el Talmud, el Leviatán es mencionado en Avoda Zara 3b: "Rav Yehuda dice, hay doce horas en un día. En las primeras tres horas Dios se sienta y aprende el Torá, las segundas tres horas él se sienta y juzga el mundo. Las terceras tres horas Dios alimenta al mundo entero... el cuarto periodo de tres horas Dios juega con el Leviatán.
También se menciona en Moed Katan 25b: "Rav Ashi le dijo a Bar Kipok: ¿qué será dicho en mi entierro? Él contestó: "¿si una llama puede derrumbar a un cedro, qué esperanza tiene un árbol pequeño? Si un Leviatán se puede enganchar y acarrear a la tierra, qué esperanza tiene un pescado en un charco?"
El festival Judío de Sucot (festival de tabernáculos) concluye con un rezo recitado antes de abandonar el sukkah (cabina): "Mayor sea su voluntad, Señor nuestro Dios y Dios de nuestros antepasados, que apenas pues he satisfecho y he morado en este sukkah, así pueda yo tener mérito en el año que viene para morar en el sukkah de la piel de Leviatán. El año próximo en Jerusalén."
Un comentario en este rezo en el libro de rezos de Artscroll (p. 725) agrega: "El Leviatán era un pez monstruoso creado en el quinto día de la creación. Su historia se relaciona largamente en el Baba Bathra 74b del Talmud, donde se dice que el Leviatán será destruido y su carne será servida como banquete para el honrado en [el] tiempo por venir, y su piel se usará para cubrir la tienda donde ocurrirá el banquete."
La leyenda dice que en el banquete después del Armagedón, el caparazón del Leviatán será servido como comida, junto con el Behemot y el Ziz.
Hay otro himno religioso que recitado en el festival de Shavuot (celebrando el Torá), conocido como Akdamut, en donde dice: "... el deporte con el Leviatán y el buey Behemoth... cuando se engancharán el uno con el otro y comenzarán el combate, con sus cuernos, el Behemoth corneará con fuerza, el pez [Leviatán] saltará para confrontarlo con sus aletas, con poder. Su creador se les aproximará con su espada poderosa [y los matará a ambos]." Así, "de la hermosa piel del Leviatán, Dios construirá los pabellones para abrigar al honrado, que comerá la carne del Behemoth [buey] y el Leviatán en medio de gran gozo y alegría, en un enorme banquete que será dado para ellos." Algunos comentaristas rabínicos dicen que estos pasajes son alegóricos. (Artscroll siddur, p. 719).
Igualmente en el apócrifo Libro de Enoc Leviatán es descrito junto a Behemot: «Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain».
El Leviatán también puede ser interpretado como el mar en sí mismo, con sus contrapartes, Behemoth que es la tierra y el Ziz que son el aire y el espacio. Algunos eruditos han interpretado al Leviatán, y otras referencias al mar en el Antiguo Testamento, como referencias altamente metafóricas a los merodeadores del mar que aterrorizaron alguna vez el Reino de Israel.
Algunas leyendas judías consideran al Leviatán como un dragón andrógino que en su forma masculina sedujo a Eva, y a Adán en su forma femenina.
Cristianismo[editar]
La interpretación cristiana del Leviatán le considera a menudo como un demonio asociado con Satán o el Diablo, y algunas especulan que éste es el mismo monstruo que Rahab (Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Isa 51, 9». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).).
Las referencias bíblicas a Leviatán parecen haberse desarrollado de una leyenda canaanita que implica una confrontación entre Hadad (Baal) y un monstruo marino de siete cabezas al cual Hadad logra derrotar, también se asemeja a la épica de la creación babilónica "Enuma Elish" en la que el dios tormenta Marduk asesina a su madre, el monstruo marino y diosa del caos y la creación, Tiamat, y crea la tierra y los cielos de las dos mitades de su cuerpo.
Algunos eruditos bíblicos consideran que Leviatán representa las fuerzas preexistentes del caos:
13Tú con tu poder, dividiste el mar y aplastaste las cabezas de monstruos marinos
14Rompiste las cabezas de Leviatán y lo diste por comida a las tortugas de mar.(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Salmo 74, 13-14». Biblia versión Reina-Valera(Wikisource).)
Dios condujo detrás las aguas de la tierra preexistente y destruyó al caótico monstruo marino Leviatán para formar lo deformado y moldear la tierra a su gusto:
La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.(Casiodoro de Reina; Cipriano de Valera (1909). «Génesis 1, 2». Biblia versión Reina-Valera (Wikisource).)
Algunos intérpretes sugieren que el Leviatán es un símbolo de la humanidad en oposición a Dios, y no es más literal que las bestias mencionadas en Daniel y Revelación.
En la demonología medieval, un Leviatán es un demonio acuático que intenta poseer a las personas, siendo éstas difíciles de exorcizar.
Satanismo[editar]
En la secta satánica se dice que el Leviatán es uno de los cuatro príncipes del infierno, junto a Satán (Satanás), Lucifer y Belial. (Según "la biblia satánica" de Anton Szandor Lavey)
Leviatán como uso genérico para monstruos marinos[editar]
Durante la edad de oro de los viajes marinos, los marineros europeos vieron al Leviatán como una gigantesca ballena-monstruo del mar, o generalmente una serpiente marina, que devoraba naves enteras al nadar alrededor de los cascos tan rápidamente creando un torbellino.
Leviatán es también el título del trabajo seminal de Thomas Hobbes sobre el contrato social y la creación de un estado ideal. Muchos trabajos se dedicaron a decidir por qué él nombró su libro el "Leviatán" y una de las primeras causas de esto son la influencia y el miedo en Inglaterra de la poderosa Armada española antes de la desastrosa expedición al mando de Alonso Pérez de Guzmán el Bueno y Zúñiga en 1588.
Debido en gran parte a la influencia de la obra clásica de Herman Melville, Moby Dick, el Leviatán ha venido a ser asociado por muchos como el cachalote, producto del comportamiento que pueden presentar estos animales. Un ejemplo de esto está en la representación de Pinocho por Disney en la que éste es tragado (como Jonás en la Biblia) por un Cachalote, a pesar del hecho de que en la historia original, Pinocho fue tragado por un "Pesce-cane", traducido como "pez-perro" o "tiburón"; y Jonás por un pez.
Del mismo modo hay quienes postulan un paralelo entre Leviatán y otras criaturas marinas mitológicas, tales como los Naga de siete cabezas de la mitología hindú y del Oriente Medio.
En Perú se encontraron los restos de un gran cetáceo carnívoro que pudo medir de 12 a 17 metros de longitud que poseía dientes de hasta 36 cm; fue denominado Livyatan melvillei.
El Leviatán y la criptozoología[editar]
El uso de la palabra para describir a cualquier criatura marina ha dado pie incluso a que en la criptozoología crea en su existencia real como una criatura desconocida. En su libro, “En la búsqueda de sobrevivientes prehistóricos”, el criptozoólogo Dr. Karl Shuker considera al Leviatán como un mito inspirado, por lo menos en parte, por avistamientos de un hipotético monstruo marino tipo Mosasaurio. Bernard Heuvelmans, en su libro “Dans le sillage des monstres marins” consideraba que esta entidad era un tipo de "Ciempiés marino".
Véase también[editar]
- Thomas Hobbes y su obra Leviatán
- Paul Auster y su novela Leviatán
Referencias[editar]
Enlaces externos[editar]
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Leviatán.
- Leyenda del encuentro con la Diosa Leviatán en "Leyendas de Daron"
- Resumen del texto en UBAwiki
Leviatán – Amo Demonio De Los Océanos
Considerado como uno de los “Siete Príncipes del Infierno”, Leviatán es para muchos interpretes una forma simbólica del mismo Satanás. Él es el “Dragón que está en el mar” del que habló el profeta Isaías , la Serpiente Antigua, el terrible “Amo Demonio de los Océanos” referido en el Diccionario Infernal de Collin de Plancy…
Leviatán (לִוְיָתָן: “torneado”, “en espiral”; pronunciado como “Livyatan” en hebreo estándar y como “Liwyatan” en hebreo tiberiano), asociado y a veces hasta visto como un sinónimo del mismo Satanás, es también una bestia marina del Antiguo Testamento y de la tradición judía. Pese a que en hebreo moderno su nombre simplemente significa “ballena” y pese a ser considerado una mera bestia bíblica por ciertos intérpretes, “Leviatán” ha sido y será siempre un nombre que en el imaginario popular y en la mente de algunos expertos traiga consigo cuestiones relacionadas con El Mal y los demonios.
En el Cristianismo, Leviatán es usualmente considerado como una forma de Satanás, asociación que en gran parte se debe a que la expresión “serpiente antigua” se vincula con ambos nombres.
Algunos intérpretes han sugerido que Leviatán es un símbolo de la Humanidad que se opone a Dios; en este lineamiento teórico, también han dicho que las bestias del Libro de Daniel y del Apocalipsis son en realidad seres metafóricos.
Por otra parte y en base a muchos pasajes del Antiguo Testamento, Leviatán ha pasado a ser una representación de las naciones —Asiria y Egipto, por ejemplo— en guerra contra Israel, por lo que en un segundo plano simbólico Leviatán podría representar al Demonio al poderse interpretar a Israel como el Pueblo de Dios.
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Leviatán en la Biblia
El nombre “Leviatán” aparece varias ocasiones dentro de la Biblia:
- Isaías 27:1: Este pasaje, al ser vinculado con la descripción que el Génesis hace de Satanás como una serpiente tentadora, ha sido en gran parte el que ha dado origen a la figura del Demonio como el Gran Dragón, como la Gran Serpiente, como Leviatán…En efecto, a diferencia de otros pasajes bíblicos en que “Leviatán” parece ser solo el nombre con el que se alude a una gran bestia, aquí sí resulta claro que alude al Demonio (al menos simbólicamente), sobre todo teniendo en cuenta que el contexto del pasaje bíblico es un contexto apocalíptico. Por ello sirve citar no solamente Isaías 27:1 sino también Isaías 26:21. Citando ambos pasajes (que en la biblia está uno luego del otro) se tiene este texto revelador: ‹‹Porque el Señor sale de su morada/para pedir cuenta de su iniquidad/a los habitantes de la tierra:/la tierra pondrá al descubierto la sangre derramada/y ya no cubrirá a sus muertos./Aquel día, el Señor castigará con su espada bien templada,/a Leviatán, la Serpiente huidiza,/a Leviatán, la Serpiente tortuosa,/y matará al Dragón que está en el mar.››
- Salmos 74: 13, 14 y Salmos 104: 25, 26: En el primer pasaje se habla de que el Señor aplastó las cabezas de Leviatán y se las dio de alimento a las fieras del desierto, mientras que en el segundo se dice que creó al Leviatán para jugar con él y se presenta al Leviatán como una bestia marina. Hay quienes han interpretado que el primer pasaje alude a Leviatán como el Demonio pero aquello carece de sentido si se tiene en cuenta que, a diferencia de en el texto de Isaías, en Salmos 74: 13, 14 el Señor ya ha aplastado las cabezas de Leviatán, ya lo ha derrotado, siendo que supuestamente —y en concordancia con el Nuevo Testamento— es en el Día del Juicio (tal y como sale en Isaías) cuando el Demonio será definitivamente derrotado. Ahora, el pasaje de Isaías también se puede interpretar como una referencia a lo que será (aún no ocurría en tiempos de Isaías) la liberación de los israelitas en Egipto; y, partiendo de eso, la interpretación que se ha hecho de Salmos 74: 13, 14 sería coherente con Isaías en tanto que se habría escrito luego de acontecida la liberación de los israelitas en Egipto; ya que, según se ve en el libro del profeta Ezequiel, a Faraón se lo nombra como un gran monstruo marino tendido en el Nilo, monstruo que será abandonado a las bestias y les servirá como alimento, tal y como luego el Salmo 74: 13, 14 muestra que se cumplió. De ese modo queda claro como las interpretaciones concuerdan si se ve los pasajes como aludiendo al hecho histórico del éxodo israelita; mas, si se intenta ver a los pasajes como aludiendo a la derrota del Demonio, la interpretación solo funciona con el texto de Isaías y resulta forzada en el caso de los Salmos. Por otra parte, en lo que respecta a Salmos 104: 25, 26, a Leviatán allí simplemente se le nombra como monstruo marino, no tiene sentido postular que represente al Demonio antes de pelearse con Dios ya que ese “Leviatán que tu formaste para jugar con él” va precedido de un “Allí está el mar, grande y dilatado, donde se agitan, en número incontable, animales grandes y pequeños” y, por ende, el contexto indica con toda claridad que Leviatán es solo una bestia entre todos esos animales “grandes y pequeños”.
- Job 41: Algunos eruditos han dicho que el extenso pasaje de Job alude al cocodrilo, lo cual en primera instancia parecería tener sentido si tenemos en cuenta que el Leviatán de Job habita en el agua, tiene escamas, piel dura e hileras de colmillos. No obstante, incluso en una versión bíblica tan actual como la Reina Valera 2000, el Leviatán de Job es presentado como un ser que no puede vencerse con armas humanas, que su sola visión espanta, que es rey entre los soberbios y que escupe fuego. Entonces: ¿existe alguna especie de cocodrilo que escupa fuego? Evidentemente no, de allí que haya tenido tanto sentido la interpretación hasta hoy vigente de que la bestia referida por Job es el Leviatán-demonio que todos conocemos, un ser terrible de cuya boca “salen hachas de fuego, centellas de fuego proceden” (Job: 41:19, Reina Valera 2000).
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Leviatán en la tradición judía
Textos como el AvodaZara o el MoedKatan (ambos pertenecientes al Talmud) contienen pasajes vinculados a una leyenda judía en la
cual luego del Armagedón habrá un banquete donde solo entrarán “los justos”, un banquete en el que, bajo un gran lugar cuyo techo estará cubierto elegantemente por la piel del Leviatán, se comerá la carne de tres bestias míticas: el Leviatán (bestia marina), el Behemoth (bestia terrestre) y el Ziz (bestia aérea, ave gigante).
cual luego del Armagedón habrá un banquete donde solo entrarán “los justos”, un banquete en el que, bajo un gran lugar cuyo techo estará cubierto elegantemente por la piel del Leviatán, se comerá la carne de tres bestias míticas: el Leviatán (bestia marina), el Behemoth (bestia terrestre) y el Ziz (bestia aérea, ave gigante).
Vinculado a lo anterior, en el festival judío de Sucot existe un rezo en que al final el celebrante dice: “así pueda yo tener mérito en el año que viene para morar en el sukkah de la piel de Leviatán. El año próximo en Jerusalén”. Otro ejemplo aún más representativo es el del festival del Akmadut, festival donde se canta un himno en el que dice: “Leviatán y el buey Behemoth… Se engancharán el uno con el otro y comenzarán el combate, con sus cuernos, el Behemoth corneará con fuerza; el pez [Leviatán] saltará para confrontarlo con sus aletas, con poder. Su creador se les aproximará con su espada poderosa [y los matará a ambos]” y “…[…]…de la hermosa piel del Leviatán, Dios construirá los pabellones para abrigar al honrado, que comerá la carne del Behemoth [buey] y el Leviatán en medio de gran gozo y alegría, en un enorme banquete que será dado para ellos.”
En cierta línea de la tradición judía se cree que el Leviatán era un dragón andrógino que sedujo a Adán en su forma femenina y a Eva en su forma masculina.
Ciertos eruditos han dicho que el Leviatán, Behemoth y Ziz deben ser interpretados respectivamente como símbolos del agua, la tierra y el aire.
Por último, el Libro de Enoc (apócrifo para los católicos) nos presenta a Leviatán y a Behemoth como seres cuya descripción parece haber inspirado las interpretaciones de los eruditos que antes fueron mencionados. Dice el Libro de Enoc: ‹‹Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain››
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El demonio Leviatán
Se cree que, antes de caer, Leviatán pertenecía a la orden de los Serafines, la primera jerarquía angélica de entre las nueve existentes. Así, Leviatán habría estado entre los “ángeles de la caridad”, entre los seres que están más cerca del Padre y que pasan la eternidad contemplando y disfrutando la belleza del Todopoderoso y cantándole a su gloria sempiterna mientras esparcen sus rayos de amor sobre la Creación.
En la demonología medieval algunos creían que Leviatán era un demonio acuático que intentaba tomar posesión de las almas y que resultaba muy difícil de expulsar mediante el rito exorcista. Otros simplemente lo veían como una imagen de Satanás.
Para Santo Tomás de Aquino, Leviatán era el demonio de la envidia y, de entre todos los habitantes del Averno, él era el primero en encargarse de castigar a los envidiosos.
Según el jesuita Peter Binsfeld, Leviatán es, dentro de los siete príncipes del infierno, el que representa[1] el pecado capital de los celos. Al menos así lo describe dentro de su De confessionibus maleficorum et sagarum, libro que es uno de los pilares de la demonología renacentista (fue publicado en 1589).
Más tarde, Sebastían Midhaelis habría de dividir a la elite de los demonios en tres categorías, poniendo ocho demonios en la primera, cinco en la segunda y tres en la tercera. Allí Leviatán sería situado en la primera categoría como un demonio caracterizado por atacar las creencias religiosas, por inducir al paganismo, al ateísmo, al escepticismo arreligioso…
Dentro de todo lo que se ha dicho sobre Leviatán hay algo de suma importancia en tanto que supuestamente fue dicho por un demonio…De esto nos habló el Padre Sebastien Michaelis en sus escritos sobre el caso de posesión de la hermana Madeleine, acaecido en 1647 dentro del convento de Louviers en Aix-en-Provence. Ahí, Sebastien Michaelis nos cuenta que, en el contexto de los exorcismos, el demonio Bablerith (uno de los tantos demonios que poseían a la monja de dieciocho años) soltó los nombres de los otros demonios que poseían a la monja, dentro de los cuales estaba Leviatán, demonio que, según dijo Balberith, tendría de enemigo especial a San Pedro, se encargaría de incitar a los hombres a cometer sacrilegios y sería el gran enemigo de los santos.
Ya casi dentro de lo que es la actual demonología, en su Diccionario Infernal publicado en 1863, Collin de Plancy nos presentará al alto mando infernal dividido en cinco grupos: el primero, de príncipes y altas dignidades; el segundo, el de los llamados “ministros de despacho”; el tercero, el de embajadores; el cuarto, el de los encargados de impartir la justicia en el infierno; y el quinto, el de los encargados de las distintas funciones dentro de la gran mansión llamada “Casa de los Príncipes”. Dentro de todas esas divisiones Leviatán se encuentra en el grupo de los ministros de despacho y ocupa la función de Gran Almirante, dirigiendo la Armada del Infierno y siendo así mismo el “Amo Demonio de los Océanos” y el “Rey de las Bestias”, títulos de los cuales el primero comporta la cualidad de que Leviatán no puede ser lastimado por arma humana alguna cuando se materializa.
Finalmente, de acuerdo a La Biblia Satánica de Antón Szandor LaVey, Leviatán es, dentro de los llamados “Cuatro Príncipes de la Corona del Infierno”[2], aquel que representa al elemento del agua y gobierna el Oeste en el infierno y en la Tierra (en tanto zona que sufre influencias demoníacas). Al pertenecerle el elemento del agua, Leviatán es asociado con la vida y la creación y, en el marco de los rituales satánicos, se lo representa con un cáliz. La Iglesia de Satanás usa, para representar a Leviatán, las cinco letras hebreas de “לִוְיָתָן” dispuestas en las cinco puntas del Sello de Baphomet. Las letras deben ser leídas en orden de las manecillas del reloj, comenzando desde la que está en la punta que señala hacia el sur: el nombre se lee como “LVITHN” y significa “Leviatán”.
[1] Cada uno de los llamados “siete príncipes del infierno” representa un pecado capital.
[2] Cada príncipe representa un elemento (aire, tierra, fuego, agua) y controla un punto cardinal. Los príncipes son Satán (fuego, Sur), Lucifer (aire, Este), Belial (tierra, Norte) y Leviatán (agua, Oeste).
Si hay un monstruo marino cuya leyenda se extiende casi hasta el principio de los tiempos es la del Leviatán. Una bestia que, como ahora veremos, es una mezcla entre un ser celestial que, por los avatares del destino, pasó a servir a las fuerzas malignas de Satanás.
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Descripción del leviatán
El leviatán es una bestia marina del Antiguo Testamento creada por Dios y relacionada con satanás. Durante la edad de oro de los viajes marinos, los marineros lo identificaban como un horrible dragón-serpiente marino o como una gigantesca y monstruosa ballena que devoraba navíos enteros con sus fauces y al que le encantaba devorar carne humana.
La historia del leviatán era tan temible, que incluso hoy en día se sigue utilizando esta descripción para referiste a un monstruo o extraña criatura.
El origen del Leviatán
Para conocer el origen del Leviatán tenemos que irnos al Antiguo Testamento. Allí, en el Génesis, se admite que dios llevó a cabo toda la creación incluidos los monstruos marinos. Una bestia que tenía forma de pez. Una forma aparentemente normal de no ser porque se asegura que medía más de 40 metros y tenía unas fauces que parecían verdaderas cavernas. Unas fauces que le servían para alimentarse de carne humana.
¿Por qué el Leviatán comía carne humana?
Se dice que este gusto por la carne humana del leviatan proviene de la relación que tuvo con Satanás. Es entonces cuando dios no duda ni un solo instante en castigarle con el único objetivo de acabar con él. Un hecho que podría ser leyenda pero, debido a que podemos encontrar textos concretos en la Biblia, hace que los amantes de la historia imposible en general y de la criptozoología en particular, lo tomen muy en serio.
“En aquel día Yahvé castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al Leviatán serpiente tortuosa ; y matarán al dragón que está en el mar” (Isaías 27:1)
“Rompiste las cabezas del Leviatán; y lo diste por comida a las tortugas de mar” (Salmo 74:14)
El leviatán a lo largo de la historia
El caso concreto del leviatán es muy particular. Más que nada porque no es solo la cultura judía o la cristiana la que hacen referencia a esta bestia de los mares que come hombres. El propio satanismo habla de ella y otros tantos libros históricos como el Talmud. Unos detalles que nos hace plantearnos si realmente existió. Y es que, a pesar de que la razón, y sobre todo la ciencia nos asegura que no puede haber un monstruo marino con forma de pez que mida varias decenas de metros y que coma hombres, lo cierto es que estos libros, avalados por muchos historiadores, dicen lo contrario.
¿Tenemos pues que reescribir la historia de la fauna marina? ¿Tenemos que aceptar que no conocemos todo lo que creemos conocer del mar? ¿Es posible que del mismo modo que ahora se extinguen algunas especies, otras como el Leviatán dejaran de existir? Preguntas a las que muchos no quieren responder porque seguramente sean respuestas incómodas desde todo punto de vista.
Si te apasionan los monstruos marinos, tal vez te interese conocer La historia del Thalattoarchon Saurophagis, un temible predador marino que existió realmente y del que aún hoy en día se realizan investigaciones…
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