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lunes, 21 de septiembre de 2015

El viaje del Papa a Estados Unidos plantea nuevos desafíos de seguridad... EN VENEZUELA ESPERAMOS EN PAZ EL 6 DE DICIEMBRE LA SUPER MEGACOLA... UNID@S SOMOS MAS¡

 

Las personas a cargo de las medidas de seguridad con motivo de la visita del papa Francisco a Nueva York a fin de mes tienen marcado en sus calendarios el 25 de septiembre como el día de la "tormenta perfecta".
Ese día el pontífice hablará ante los líderes mundiales en las Naciones Unidas, presidirá un servicio en honor a las víctimas del ataque del 11 de septiembre del 2001, recorrerá el Parque Central y celebrará una misa en el Madison Square Garden. Esa nutrida agenda, combinada con el hecho de que al Papa le gusta salirse del libreto y mezclarse entre la multitud, hacen que las autoridades enfrenten "un desafío sin precedentes", según el jefe de la policía de Nueva York William Bratton.
Bratton no es el único que se preocupa de la protección del pontífice y de las multitudes que se espera acudan a recibirlo. Las autoridades de Washington y Filadelfia, las otras escalas del Papa, tienen sus propias inquietudes.
El Servicio Secreto de Estados Unidos, en colaboración con el FBI y las autoridades municipales, ha pasado meses coordinado los planes para proteger al ilustre visitante. Ha habido reuniones con representantes del Vaticano en Washington y en Roma para saber más sobre la forma en que Francisco se maneja cuando hay multitudes. El Papa viaja con su propio servicio de seguridad y con su "papamóvil", el vehículo a prueba de balas que alguna vez describió como "una lata de sardinas".
No se conocen muchos detalles de las medidas de seguridad, pero sí algunos de los retos que enfrentan las fuerzas de seguridad.
Demostración de fuerza
En las tres ciudades que visitará el Papa habrá un aumento sustancial en la cantidad de policías uniformados que patrullan las calles, sobre todo en Nueva York.
El Departamento de Policía de Nueva York, que cuenta con 35,000 efectivos, puede desplegar un ejército de agentes, muchos de ellos de civil, para controlar las muchedumbres y prevenir problemas. También cuenta con unidades antiterroristas especializadas en la detección de explosivos, sustancias químicas y otras amenazas.
La protección del Papa requerirá "una operación en gran escala, compleja", comentó John Miller, director de antiterrorismo de la policía neoyorquina. "No paralizaremos Nueva York durante la visita. Continuará la actividad normal, la gente podrá ir y venir. Va a ser algo sin precedentes, pero todo va a salir bien".
Pennsylvania ha dicho que apelará a 1,000 soldados del estado para ayudar con las medidas de seguridad y también a elementos de la Guardia Nacional para controlar el tráfico.
Amenazas
No se ha informado de amenazas específicas contra el Papa durante su visita a Estados Unidos. Pero el viaje se produce en momentos en de gran tensión en torno al terrorismo local y a balaceras indiscriminadas, y las autoridades tienen muy presente el intento de asesinato de otro popular pontífice, Juan Pablo II, en 1981.
Las preocupaciones van más allá de los eventos programados. Cuando el papa Benedicto XVI visitó Estados Unidos en 2008, las autoridades nacionales emitieron un informe según el cual, si bien no había amenazas verosímiles a las misas a llevarse a cabo en el estadio de béisbol de los Nationals de Washington, se pensaba que los terroristas podrían atacar blancos secundarios, como hoteles, restaurantes u otros sitios de reunión.
Los costos
Ninguna de las ciudades que visitará el Papa dio estimados de lo que costarán las medidas de seguridad. En Nueva York, el control de la seguridad de grandes eventos puede costarle a la municipalidad decenas de millones de dólares en horas extras de los policías, un gasto que, según las autoridades, es compensado en parte por los ingresos derivados de la llegada de multitudes de visitantes.
El jefe de la policía del Congreso Kim Dine afirmó que el costo de vigilar las multitudes que se espera en ocasión de la visita del Papa a ese cuerpo el 24 de septiembre "es algo que rebasa nuestro presupuesto".
Las autoridades municipales dijeron que esperan que el gobierno nacional y el Festival de Familias, organizador del evento más grande jamás realizado en la capital, ayuden a sufragar los costos.
Acceso a Francisco
En la mayoría de los casos, toda persona interesada en ver al papa necesitará un ticket y someterse a controles como los de un aeropuerto antes de ingresar a las zonas restringidas. Los cordones policiales harán que las personas sin tickets queden a varias cuadras de distancia.
En las últimas semanas la municipalidad de Nueva York y la Arquidiócesis de la ciudad, en colaboración con expertos en seguridad, añadieron una procesión por el Parque Central a la agenda del Papa. Se sortearán miles de tickets para ese evento.
El alcalde de Nueva York Bill de Blasio dice que la procesión es una forma de permitir que los neoyorquinos "se acerquen al papa Francisco". El alcalde de Filadelfia Michael Nutter ha tratado de contener las expectativas de la gente, insistiendo en que nadie puede pensar "que va a acercarse al Papa y estrecharle la mano".
Un delicado viaje
Del lado del Papa, se trata de la preparación del viaje más delicado de su pontificado, que dentro de dos semanas lo llevará de la plaza de la Revolución de La Habana al Congreso de Estados Unidos y la ONU.
Según fuentes del Vaticano, el pontífice argentino aprovechó el receso estival para cincelar sus discursos, y en particular el que ha de pronunciar ante los congresistas norteamericanos, no todos favorables al acercamiento con Cuba, y luego ante la Asamblea General de Naciones Unidas.
La etapa en Cuba, de tres días (19-22 de septiembre), se presenta como la más fácil. En la isla caribeña se espera un recibimiento caluroso, dado que el régimen sólo puede salir beneficiado de esta visita y además está muy agradecido con el papel desempeñado por el santo padre en la reconciliación con Estados Unidos.
Después de haber recibido a Juan Pablo II y a Benedicto XVI, los cubanos darán la bienvenida al papa argentino, que les hablará de reconciliación en La Habana, Holguín y Santiago.
En Estados Unidos en cambio, la llegada de Francisco suscita reacciones muy diversas.
Parte de la clase política estadounidense podría reservarle un recibimiento frío, para empezar porque Jorge Bergoglio ha elegido visitar La Habana antes que Washington, cuando el Congreso todavía no ha levantado el embargo a Cuba.
Firme discurso
Además, algunos en Estados Unidos lo ven como un "marxista", por su encíclica "Laudato si" sobre la defensa del medioambiente, y sus discursos virulentos en su reciente gira sudamericana contra el ultraliberalismo económico, la finanza ciega y la explotación desenfrenada de los recursos naturales por parte de las multinacionales.
Francisco será el primer Papa en expresarse ante el Congreso de Estados Unidos. Allí se espera que haga un alegato firme sobre la responsabilidad de Washington para limitar la contaminación, y en favor de una transición de las energías fósiles a las energías renovables.
En la ONU, Francisco tendrá la ocasión de desarrollar todo su programa social y ecológico contra "la cultura del descarte" y la "globalización de la indiferencia".
En ese sentido se esperan varios llamamientos, empezando por el de un compromiso firme en la conferencia del clima COP 21 prevista a fines de año en París.
Igualmente abogará por un diálogo recíproco con el islam y por la defensa de los cristianos perseguidos en el mundo.
Asimismo recomendará acciones coordinadas contra el tráfico de seres humanos y en favor de la acogida de inmigrantes. El tema es muy sensible en Estados Unidos, donde numerosos políticos conservadores quieren limitar drásticamente la llegada de inmigrantes procedentes de países latinoamericanos.
Algunos políticos conservadores temen incluso que toque un tema extremadamente sensible, como es el acuerdo nuclear con Irán, pendiente de aprobación en Washington.
El programa papal prevé también una toma de contacto con los excluidos de la mayor potencia económica mundial: los sin techo, familias de inmigrantes, presos...
El papa visitará la "Zona Cero", donde se cometieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y canonizará a un misionero español franciscano, Fray Junípero Serra, que tuvo un importante papel en la evangelización de los indios de California en el siglo XVIII.
Por último, en Filadelfia, Francisco cerrará el encuentro mundial de las familias católicas. Para la ocasión se espera la llegada de una ingente muchedumbre, que acudirá a escuchar su mensaje sobre el matrimonio y la familia, antes de la apertura en Roma del sínodo de obispos del mundo entero dedicado a estos temas.
El papa cuenta con la simpatía del 87% de los católicos estadounidenses, y del 66% de los ciudadanos de este país, según un sondeo.
Pero no tiene tanto aprecio entre algunos obispos estadounidenses, que lamentan su falta de apoyo en su línea dura contra la administración Obama a propósito del aborto, la anticoncepción y el matrimonio gay.
Acercamiento a los ciudadanos
Mientras tanto, el pontífice señaló en una videoconferencia con la cadena ABC que el viaje a Estados Unidos es importante “para encontrarlos a ustedes, a los ciudadanos de EEUU que tienen su historia, su cultura, sus virtudes, sus alegrías, sus tristezas, sus problemas como toda la gente".
"Por eso es tan importante este viaje, para hacerme cercano al camino y a la historia de ustedes", agregó durante la charla vía satélite, en la que conectó al mismo tiempo con grupos católicos de Chicago, Los Ángeles y Texas.
Además, durante las conversaciones el papa Francisco envió "un cariñoso saludo a la comunidad católica de EEUU y a todos los ciudadanos" del país.

 

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