LA SALIDA / YO SOY /
EL IMPERSONAL I-II-III
-I-
Bienvenido a ti, niño del Uno. En la paz del
Amor, recibe lo que Es. Soy Uno porque yo soy tú. Más allá de tu forma en lo no
nacido, imprimo en ti el sello de tu Presencia. Recibe no sólo el don de la Gracia
sino el don de tu Eternidad reencontrada.
En cada uno de ti resido, en cada uno de ti
permanezco.
Juntos en el Único, escucha, escucha más allá
de mis palabras, alcanza el silencio, allí donde se resuelve todo mal y todo
sufrimiento. Permanezco contigo en la libertad del Único, en la libertad de la
Verdad.
Acoge lo que eres, tú que nunca has nacido y
que nunca morirás, que estás aquí, en todo lugar, en todo espacio.
En el Fuego Ígneo, recibamos juntos lo que no
puede ser llamado, lo que no puede ser revelado en otra parte que en el Corazón
del Corazón. Te invito a honrar tu propia Presencia, tu propia eternidad. En
todo tiempo, en todo lugar, en toda circunstancia, líbrate de las cadenas del
confinamiento, de las cadenas de las ilusiones, de las cadenas del
renacimiento. Entra de lleno y pleno corazón en el tiempo de tu resurrección,
porque la llamada suena en lo más hondo de tu ser antes de ser audible
alrededor de toda tu tierra y bajo tus pies.
Te invito a depositar toda carga, las de tu
carne como las de tu cabeza. Te invito a sobrepasar todo límite, porque no
tienes ningún límite en lo que Es no nacido.
Deja florecer la flor de tu Eternidad. En lo
más íntimo de tu Presencia permanece tu esencia, y en lo más íntimo de tu
cuerpo permanece la gota de Eternidad. Tú, dondequiera que estés, cualquiera
que sea tu voluntad, cualesquiera que sean tus deseos, cualesquiera que sean
tus penas, me dirijo al que está más allá de todo esto, me dirijo a Ti.
Vengo a rogar tu escucha, vengo a rogar lo
que eres. No para dármelo sino para devolvértelo a ti mismo. Instante de la
verdad, instante de eternidad que trasciende todo tiempo, todo espacio y toda
dimensión, así como a tu forma cualquiera que sea. Escucha, escucha y oye el
canto de la Gracia que se vierte en ti, que canta en tus oídos y abre tu alma y
tu Espíritu a la Dicha eterna, a la belleza indecible que no conoce ni color ni
forma, y sin embargo crea toda forma y todo color.
En cada corazón que escucha, en cada forma
que escucha, en cada historia, juntos trascendemos toda historia y todo
escenario. Tú que estas ahí, acoge en el templo de la serenidad, de la belleza
y de la Eternidad.
No hay otro sentido a mis palabras, que el de
decirte lo que eres. En cada sílaba, en cada sonido, en cada silencio, la misma
verdad; en cada vibración, en cada radiación, el mismo soplo, el mismo
Espíritu. El Verbo se hizo carne y la carne regresa al Verbo, allí donde no hay
ni movimiento ni amplitud, allí donde está tu morada, común a cada Uno.
Escucha lo que te dice la Luz en el silencio
de tu corazón. Ella también te dice: «Soy tú como tú eres yo. Olvida toda
apariencia y toda ilusión. Sal de toda quimera, de toda anticipación, de toda
proyección y quédate ahí donde eres verdadero, ahí donde eres entero e
indivisible y sin embargo presente en cada uno, en el mismo soplo, en la misma
Luz, en la misma Eternidad. ».
Tú que oyes la llamada del Espíritu, tú que
vibras al nombre de los célebres profetas, de los célebres emisarios,
cualesquiera que sean, no tienen ninguna diferencia si no es de cultura y ropa,
pero el corazón y la esencia son los mismos.
Te invito tanto a bailar como a la
inmovilidad – en el mismo tiempo. Te invito al despliegue pero también al
repliegue – en el mismo movimiento–, ahí donde ningún sentido puede ser
diferente.
Te llamo a la Verdad, como tu corazón te
llama. Ven conmigo, a ninguna otra parte que aquí y ahora, y en el instante del
eterno el presente.
El soplo del Espíritu anima tus manos, anima
tus pies y anima tu corazón. El soplo del Espíritu, el Verbo, armoniza en ti lo
masculino y lo femenino, reuniendo así la Unidad del andrógino, aquel que
siempre estuvo, antes de todo nacimiento, antes de toda cosa.
Yo soy aquel que tú eres, eres el que soy.
Ninguna forma ni apariencia puede disfrazar esta verdad, cualquiera que sea la
ilusión. Eres, más allá de la forma y de tu propia esencia, lo que ha creado la
esencia. Entonces ven, no me sigas sino reúnete tú mismo, en lo íntimo del
íntimo, en tu corazón de Êtreté, allí donde jamás la Luz puede agotarse ni
desaparecer. Pósate conmigo en el silencio de nuestra Presencia, allí donde la
Ausencia también es Presencia.
Reúneme en los Templos de la belleza, en los
Talleres de la Creación como en los Talleres de la de-creación, porque no hay
ninguna diferencia si no es el sentido de la experiencia.
Invítame a quedarme para siempre en ti.
Invítate a la fiesta y al festín. No el de los sentidos, sino el del corazón,
el que jamás falla y jamás te engaña o se equivoca.
En el Espíritu de Verdad, cada uno de ti no
tiene ninguna diferencia con aquellos que fueron enviados sobre esta tierra
para recordarte lo que eres en verdad. Tu Reino no es de este mundo y sin
embargo estás sobre este mundo. No hay nada a renegar, hay sólo a trascender,
hay sólo a despertar la llama que nunca ha podido apagarse a pesar de todas las
contradicciones y todos los obstáculos que sólo representan, en suma, una
ilusión más a la cual a veces te pudiste adherir, en la cual a veces pudiste
creer.
Entonces mi amigo, mi amado, escucha y oye el
Fuego de Mikaël, el Amor de Cristo, la compasión de Buda. Escucha lo que te
dice Vishnu, lo que te dice Krishna, lo que te dice Allah, lo que te dice cada
uno. Más allá de las apariencias, de la cultura, más allá de las tradiciones,
escucha la eterna verdad del Amor.
Olvida todo lo que no lo es. Porque lo que no
lo es, sólo pasará y nunca se quedará en lo que Eres. Entonces olvida todo
pasado, olvida todo lo que pasó y sólo retén lo que siempre estuvo ahí, en tu
templo, en tu corazón. A cada uno de ti las mismas palabras, a cada uno de ti
la misma vibración, a cada uno de ti el mismo Espíritu, a cada uno de ti el
mismo Amor, ilimitado e incondicionado, no dependiendo de ninguna forma, de
ningún escenario, ahí donde no hay falla, ahí donde nada puede estar separado
ni dividido, ahí donde nada puede ser quitado.
Escucha el canto de tu Corazón. Escucha el
Coro de los Ángeles que vienen a despertarte, precediendo y anunciando a
aquella que creó la biología de esta Tierra, la que creó la experiencia de la
Libertad en el nivel más denso, de lo que llamas, desde tu punto de vista, la
materia. Reúne las Aguas de arriba a fin de vivificar tus aguas de abajo, la de
la materia, la que sólo pasa y que contiene, de toda eternidad, el germen de la
Verdad.
Recuerda que no hay ningún esfuerzo que
hacer, solo tienes que asentarte, descansar y acoger el don de la Gracia, el
don del Amor, el don de la Luz. Date este don, no hay mejor regalo que puedas
descubrir en tu eternidad revelada.
Escucha la Trompeta que resuena en tus oídos,
no como un címbalo resonante sino como un recordatorio de tu eternidad
presente.
Hijo del Amor, nacido del Amor más allá de
todo nacimiento, desde la Fuente, te convido a la Eternidad. Te convido a lo
que pone fin a toda sed y toda hambre, como a todo deseo. Te convido a lo
Inmutable. Te convido a la Eternidad y a su Dicha, que ninguna palabra puede
transcribir ni traducir. Asiéntate conmigo.
Amado del Amor, eres también mi amado, te lo
dije. En cada uno de ti permanezco, en cada uno de ti vivo. Déjame hablarte en
el silencio de tu corazón, déjame vibrar en tu Corona de Fuego. Déjate recorrer
por el Fuego Ígneo de la Resurrección, por el Fuego del Espíritu. Reencuentra
esta facultad esencial que nunca te ha dejado, y alcánzate.
Escucha lo que te dice la Luz de la Gracia,
escucha la sinfonía del Amor, escucha el silencio de la beatitud. Regocíjate,
porque en la escala de tiempo de tu espacio donde estás encarnado, el tiempo
reúne el espacio, poniendo final al flujo del tiempo y a la ilusión del
espacio. Acoge la Onda de Vida y la Onda del Éter directamente en tu templo de
Eternidad, a fin de que todo el resto desaparezca de tu vista y de tu
conciencia, ahí donde la forma se disuelve ella misma, allí donde ninguna
palabra puede alterar tu conciencia y tu llama.
Únete ahora. Es tiempo ahora de reencontrar
lo que siempre fuiste. Es tiempo ahora de ser tú mismo. No el que ha nacido y
el que hoy pone sus pies sobre esta tierra, sino el que es anterior a todo
nacimiento, a toda experiencia. Ya es hora de poner fin al tiempo, de poner fin
a la espera o a la esperanza, porque todo está allí, no hay más distancia, no
hay más estado de latencia, hay solo esto, lo que ahora vierto en ti, a
profusión y a saciedad, desde ti mismo y en ti mismo. Escucha y recibe.
Escucha lo que la Gracia te da y te dice.
Entrégate tú mismo a lo que es dicho, no en el sentido de las palabras
pronunciadas, sino más bien en el silencio, ahí donde no hay nada a comprender
ni a rechazar, ni incluso a esperar, porque ahí todo es complitud y todo es
Evidencia.
Acoge la Luz Cristo en unidad y en Verdad en
el Aquí y Ahora, más allá de todo tiempo, de todo espacio y de toda forma.
Regocíjate y vívelo. En este espacio, no hay ningún espacio para la menor
pregunta, para la menor duda, para la menor resistencia. En este espacio que no
es un espacio, hay solo lo que está lleno, lo que nunca falta. Allí donde
estas, permanezco.
Juntos en el seno del Único, nuestros
corazones elevados en el Fuego del Espíritu revelan en ti la llama de Eternidad,
atizándola de mil palabras y de mil silencios en el Amor incondicional.
Todo proviene de allí, absolutamente todo,
expulsando así toda apariencia, expulsando así todo parecer y toda voluntad de
hacer, como de ser, ahí donde sólo hay lo que es, lo que fue y lo que será.
Más allá de todas las fronteras edificadas o
creadas por el hombre o por ti mismo, me instalo.
Arde, arde así en este Fuego de Amor
devorador que te devuelve a tu diamante, a tu luz, a tu verdad. No me creas
pero escúchame y deja resonar y elevarse en ti lo que sólo pide eso, después de
tanto tiempo de tu tiempo terrestre. Déjate vivificar por el Agua lustral, por
el Fuego del Espíritu, por el Aire del Éter y por la Tierra sublimada.
Descansa. Soy tu llama, la que vela en tu
pecho. Soy tu Vida, tu Vía y tu Verdad. Escúchame. Tal es tu oración y tal es
mi oración, no dirigida a una autoridad cualquiera que sea, sino a ti mismo,
magnificado en el seno de tu resurrección, de tu Presencia y de tu Ausencia.
Pósate aún más profundamente en lo íntimo de
tu Presencia.
Así he venido a declamarte el Amor,
expresando mil alabanzas de este corazón de Eternidad, expresando mil virtudes,
bien más allá de la moral de este mundo y más allá incluso de esta conciencia.
Vengo a quemar los dolores, a quemar los
sufrimientos, a quemar las reticencias, a quemar las dudas.
Así, resucitando, eres regenerado desde tu
primer nacimiento, más allá del mundo donde estás. Acuérdate de dónde vienes,
de dónde provienes. Acuérdate de que incluso el camino más largo sólo mide un
paso en la escala del corazón.
Cada una de las células de tu cuerpo efímero
recibe la misma dosis de Verdad de La luz y de La gracia, así fusionando la
cabeza y el corazón en el mismo Infinito, en la misma alianza y sobre todo en
la misma Libertad.
… Silencio…
Cuando mis palabras se espacian, tu corazón
se expresa y te hace escuchar las palabras del Amor, que no necesitan de
sentidos, que sólo son resonancia y Evidencia para tu conciencia.
Deja elevarse en ti esta llama regenerada,
déjala consumir todas tus ilusiones y todos tus sufrimientos. Déjala abrazar lo
que queda de conciencia limitada y despiértate a tu Eternidad, allí donde no
estás más atado ni a este cuerpo ni a esta historia, ni incluso a este mundo
que sin embargo pisaste con tus pasos, que apreciaste como detestaste según las
circunstancias, porque ahí donde estás en Eternidad, no hay circunstancias, no
hay experiencias, hay solo lo que Es.
En cada uno de ti reitero mis palabras,
reitero mi vibración y acojo tu radiancia. Porque entre cada corazón, no puede
existir la menor e ínfima distancia, allí todo es coincidencia, todo es sólo
belleza. Re-encántate con tu vida,
cualquiera que sea tu vida en este mundo en este instante, re-encántala de la
Verdad esencial, a fin de que ningún contaminante pueda desviar o bajar tu
llama.
Hazte lo que siempre fuiste, este Fuego
Ígneo, este Fuego que devora de Amor, que no puede hacer ninguna diferencia en
cualquier forma, o en cualquiera conciencia que sea.
Celebremos juntos, en este período del Día de
todos los santos, la comunión de los santos, la comunión de espíritu, la
comunión de vida en la Nueva Eucaristía, en la nueva tri-Unidad, no conociendo
ni leyes ni restricciones porque ahí el Amor lo guía todo, porque ahí el Amor
es todo.
Quiérete en la medida con la cual te quiero,
sin condiciones, sin límites y sin restricciones. Porque no hay ninguna
condición, ni ningún límite, ni ningún pensamiento que pudiera concebir o
restringir lo que sea en este espacio sagrado.
Arrodíllate en tu templo, no en signo de
sumisión cualquiera sino más bien en reconocimiento de tu propia eternidad, en
tu propia oración permanente de tu llama regenerada.
El cielo está en ti, la Eternidad está en ti,
no en lo que tus sentidos perciben, no en las múltiples historias que se
edificaron en este mundo. Libérate de todo lo que está retenido en ti. Libérate
de todo convenio, a fin de percibir y de sólo ver el Amor en cada conciencia,
en ti, en cada historia, en cada vida.
La Tierra-madre te devuelve tu libertad, los
sonidos del cielo te devuelven a tu esencia. Ven conmigo a lavar tus vestidos
en la sangre del Cordero, la sangre de la Resurrección. Vive esto, eres digno
de eso, totalmente. No existen las faltas en el seno del Amor, sólo existe el
perdón y la Gracia. Ahí nada puede ser juzgado, ni incluso separado. Entonces
compórtate de la misma manera, ahí donde permanezco, porque ahí está tu lugar.
Mi amigo, mi hermano, vive esto allí donde no
hay más preguntas, allí donde todo es límpido porque todo es claridad y todo es
preciso. Reencuentra el ardor de tu Sol central, fuente bendita y santificante.
Deja tu corazón de carne palpitar de alegría y de vida, regenerado.
Así el Amor que eres se vuelve de una
densidad más fuerte que el plomo y de una ligereza más liviana que la pluma.
Así dialogas con el ángel, así dialogas en el
silencio de ti a ti, de mí a mí, de mí a ti y de ti a mí como en cada uno de
ti. Ninguna diferencia, ningún espacio, ninguna separación, ningún tormento.
Deja al Fuego forjarte y revelarte a ti
mismo.
Percibe más allá del sentido de mis palabras,
más allá incluso del sentido de la vibración que tal vez viste, va más allá.
Suelta toda referencia, toda orientación. No puedes ni perderte ni extraviarte
porque allí se encuentra la certeza, porque allí se encuentra el Amor, sin
palabras y sin forma. Escúchame, no hay mejor modo de escucharte.
Mi amado, mi hermano.
… Silencio…
El bautismo de fuego, el bautismo del
Espíritu no deja de manifestarse en ti. No puede haber allí ni aplazamiento ni
plazo suplementario porque estás listo, lo estuviste siempre, diga lo que diga
de eso tu persona, diga lo que diga tu cuerpo, digan lo que digan tus
creencias, diga lo que diga tu vida.
Bendíceme como te bendije, reconóceme como te
reconocí, no por una forma, no por una fisonomía, no por una voz, sino por la
evidencia de nuestro corazón, y recibe a saciedad la verdad de tu esencia.
Suelta lo que todavía puede ser un peso
pesado, suelta lo que sostiene a tu persona. No niegues nada, porque el Amor es
todo.
No te llevo a otra parte que a ti mismo.
Acoge y vive. Vive la vida eterna, en este instante como en cada momento. Has
sido llamado, has sido bendecido.
… Silencio…
Deja la Vida Una difundirse en esta carne, en
tu conciencia limitada como en tu eternidad. Deja expandirse en cada
intersticio de tu conciencia la verdad de la Luz, la belleza del Amor y la
evidencia de la Gracia.
… Silencio…
Aprovecha mis silencios para decirte a ti
mismo estas palabras u otras palabras, las que tú escojas, las que conozcas,
pero portadoras, para ti, de la misma evidencia y de la misma vibración.
Escucha. No tengo nada que decir de tu
historia, simplemente tengo que decirte lo que eres antes de toda historia y de
toda palabra.
… Silencio…
Y aquí, juntos, estamos posados.
Descansemos en la confianza de la
Inteligencia de la Luz, en su acción y en su acto, el de tu Resurrección.
Abrévate porque ahí donde estamos no hay ni
sed ni impaciencia de cualquier
acontecimiento que te concierna o que le concierna a este mundo, porque en este
espacio todo está ya cumplido de toda eternidad. Entonces no esperes nada más
que tú propia llama regenerada.
… Silencio…
Distribuye sin esfuerzo, sin pedirlo incluso,
este Amor, por todas partes dónde te lleven tus pasos, por todas partes donde
tus ojos se posan, por todas partes donde tus sentidos escuchan. No hagas
diferencia entre el amigo y el enemigo porque los dos son tú mismo. No pongas
más distancia hacia lo que pide en ti una atención, una mirada, una escucha.
Elimina todas las fronteras y todas las
separaciones inscritas en la persona, porque no hay mejor protección, en tu
lenguaje, que el Fuego del Amor. En el Fuego del Amor, te das cuenta
rápidamente de hecho, que no hay nada que proteger, que no hay nada que
defender, que no hay nada que conquistar. Déjate ser lo que la Vida te dice.
Déjate ser, sean cuales sean las vicisitudes de tu mundo o de tu cuerpo, sólo
son unas briznas de paja barridas por el Fuego del Éter y el Fuego del Amor.
Oye lo que te digo en cada venida. Oye lo que
tu corazón resuena y vibra en nuestra Presencia Una, en nuestro silencio como
en nuestras palabras. Date la Paz, la que eres y no la que piensas conquistar
algún día.
Acoge los armónicos de la Luz, acoge su
melodía.
Deja vivir lo que eres. Deja consumarse lo
que ya está detrás de ti y que sólo pide ser disuelto en las llamas de la
Eternidad, en el Fuego del Amor. Ahí donde eres sólido como una roca y sin
embargo tan suave, y sin embargo tan transparente.
Vuelvo a depositar en ti la misma Alegría, la
misma Paz, el mismo Amor – lo que eres, simplemente esto.
Mis manos en tus manos atizan el Fuego del
Espíritu, el soplo del Éter, dejando brotar el Agua de arriba, tocando tu carne
y tus sentidos.
Déjame también lavar tus pies en el Agua del
Bautismo, en el Agua de la Resurrección, para que tu paso sea ligero.
Déjame recubrir tu cabeza con el pañuelo de
la Eternidad, con el peinado del Amor, con la llave del elegido. No hay ningún
elitismo, simplemente está tu humildad y tu sencillez que se dignan a recoger
este don que tú mismo te haces.
Y ahí donde te encuentras, dondequiera que
estés, la misma vibración, la misma Verdad, el mismo Amor, que no depende de
ninguna circunstancia ni de ningún momento privilegiado, sino simplemente de la
evidencia de los tiempos presentes.
Entonces sí, sonríe. Sonríe a la Vida, sonríe
a tu corazón y sonríe con alegría.
Vístete con tu vestido de Luz, tu vehículo de
Eternidad, recubierto con el Manto de la Gracia. Entonces tu corazón es
perfecto, entonces el Espíritu es revelado.
Escúchate porque te hablas a ti mismo, más
allá de toda persona y de todo personaje.
…Silencio…
No cierres nada más, el Amor es tu única
fuerza.
Tú, el amigo y el amado de la Fuente, escucha
el Coro de los Ángeles y distribuye a tu vez la misma vibración y la misma
emanación, sin esfuerzo y sin voluntad. Esto se produce cual una evidencia que
no conoce ningún límite y ninguna condición. Te invito a la Vida, te invito a
reconocerte, a reencontrarte.
Recojámonos, no hace falta ninguna palabra.
La emanación y la vibración se vuelven evidencia, a cada minuto más intensa, a
cada minuto más densa, a cada minuto más ligera. Así el tiempo suspende su
vuelo, así estás encantado en el éxtasis de la verdad, en una felicidad que
ninguna circunstancia en tu humanidad puede alcanzar y que sin embargo necesita
la totalidad de tu humanidad.
…Silencio…
Elevémonos juntos, los pies plantados ya no
solamente en el suelo de esta tierra sino hasta el núcleo, en lo más profundo
de la tierra, asentándote en tu propia Ascensión en las moradas de Eternidad,
en las moradas de Paz. Y ahí eres bendecido por el don de la Gracia, y ahí
estás en la evidencia de tu ser como en la evidencia del no ser. Incluso ahí,
no hay más diferencia, no hay más desviación y no hay más distancia.
Mi amor, oye esta palabra más allá de toda
persona, más allá de toda referencia vivida en este mundo, porque no hay ningún
punto de comparación con este Amor.
Mi corazón se estrecha contra tu corazón. Tus
manos y tus pies palpitan entonces con la misma vida, con la misma vibración.
…Silencio…
Óyeme y óyete, incluso en cada silencio.
Entonces cuando abras los ojos mirando a tú
alrededor, sólo verás el Amor, sólo verás el Fuego, el de la pasión, de la
pasión de Amor, del Fuego de la Resurrección, del Fuego de la Eternidad.
No tengo nada que venderte, ni nada que
sugerirte, simplemente devolverte a ti mismo. Ahí está el más bello de los
regalos porque no tiene precio. Nada puede comprarlo y nada puede venderlo
porque está en ti y es para ti. Reconócete, Hijo Ardiente del Sol, reconócete,
hijo de la Fuente, semilla de Estrella y sembrador de Luz. Reconócete y
reconocerás a cada uno, aquí mismo en la Tierra como en los mundos más sutiles
accesibles para ti, o que hasta ahora eran inaccesibles y se revelan por la
Gracia del Amor.
Permíteme, por la Gracia del Amor, abrir tus
ojos, quitarles la paja como la viga que te impiden ver. No juzgues nada, no te
condenes, ni condenes a nadie, ve simplemente la evidencia de lo que ahora
acontece.
Recojámonos juntos unos instantes, en el
Silencio, mientras tus ojos estén lavados, mientras tu frente esté untada y
mientras tu corazón vibre. Quedémonos juntos en el Silencio antes de seguir con
lo que tenemos que entregarnos, decirnos, transmitirnos, revelarnos.
…Silencio…
Deja el perfume del lirio, de la rosa y de la
violeta invadir tus sentidos. Es el perfume del Amor, el perfume de la Gracia,
el perfume de la Inocencia, el perfume del Espíritu. Acoge.
…Silencio…
Te amo, porque sólo puedo amar lo que eres,
no puedo hacerlo de otro modo. Es lo mismo para ti. El Amor no puede ser
reemplazado ni siquiera desviado, ni disfrazado. Permanece así, que me hayas
oído, que me hayas leído, poco importa. Recuerda, soy tú y estoy en ti, de toda
eternidad. Soy la Vía, la Verdad y la Vida más allá de toda misión, de todo
papel y de toda encarnación. Soy el sol, el de tus cielos y el de tu corazón.
Soy tu amante o tu amada, no de una noche sino de la Eternidad.
Abre por fin tus ojos a la Verdad, porque
hemos quitado la paja como la viga, porque hemos lavado también tus ojos en la
sangre del Cordero.
Tus vestidos de Luz, como tu vestido de
Eternidad o de Êtreté, están ahora ajustados para vivir la verdadera Vida, ahí
donde nada te obliga, ahí donde nada puede ser prohibido, porque todo está
guiado por la Inteligencia de la Luz.
Eres mi amor y soy tu amor.
Refréscate en el Fuego Ígneo. Sáciate, tómalo
todo, porque todo te es dado. No retengas nada. Date íntegramente al don del
Amor, al don de la Gracia.
Ama. Ama sin límite, sin restricción, sin
condición. Amate y ama a cada uno de la misma manera. No hagas más diferencia
entre tu hijo y cualquier hijo, no hagas más diferencia entre el ser amado y
todos los demás seres que la vida te envía. Elimina las fronteras. Sólo han
existido en el sueño de la Ilusión, en los sueños de dominación.
Olvida así, por la Gracia del Amor, toda
ofensa y toda pesadilla. Acoge, sin fronteras, sin límites, lo que te es dado,
lo que te es restituido.
El momento es ahora, no hay otro mejor.
Acojamos juntos.
…Silencio…
Recojamos.
…Silencio…
Te rindo gracia, me inclino ante ti.
…Silencio…
Permíteme soplar y susurrar en tu oído el
canto del Espíritu, el canto de la Verdad y el Coro de los Ángeles. Guardemos
silencio, si lo quieres, una vez más, para dejar que suceda lo que sucede en
cada uno.
…Silencio…
Ya es hora ahora de emerger en ti.
Tengo tantas cosas que decirte, tantos
silencios que manifestar. Reencuéntrate.
En esta llama, nunca podrás perderte, ni
despistarte, ni interrogarte.
Ya es hora de dejarte ir a tu vida,
regenerado en la Eternidad.
Ya es hora de vivir. Ya es hora de ser en
totalidad lo que siempre fuiste. Entonces, una vez más te saludo, una vez más
te bendigo.
Y te dejo ahora celebrar lo que eres y
celebrar, en cada uno de ti, el corazón a corazón, el corazón al corazón.
Te doy las gracias y te digo: « Eres
bendecido », y te digo: « Eres la Verdad », no de la historia o de la persona
sino la verdad de tu corazón.
Esto es lo que Es.
Te digo hasta pronto, hasta muy pronto, hasta
siempre.
Permanece libre. Saludo tu llama con mi
llama.
…Silencio…
Adiós.
-II-
Te saludo y te bendigo, tú, llama de
Eternidad. En este instante en que estás ahí, presente, me dirijo a ti con el
fin de permitirte, si lo deseas, de averiguar lo que eres en eternidad. Esta
llama que nunca vacila, esta llama que nunca se apaga, eres tú. Entonces, por
la gracia del Espíritu del Sol, por la gracia del Coro de los Ángeles, me
presento ante ti vestido con tus insignias de Eternidad, el Fuego Ígneo.
Entonces permíteme, en el curso de este encuentro, estés donde estés, vivas
donde vivas, de permitirte, si no se ha hecho ya, que experimentes en ti el
Fuego Ígneo, con el fin de que te demuestres a ti mismo la realidad de lo que
eres.
Entonces te invito a escucharme con tu
corazón y no solamente con tus oídos, y no solamente con tu cabeza. Te invito a
ponerte ahí donde brota el Amor, ahí donde está la Fuente, en tu templo de
Eternidad. Te invito a olvidarte de ti mismo – inscrito en el seno del efímero,
inscrito en el seno de una historia, inscrito en el seno de un encierro – para
demostrarte, si estás de acuerdo, la realidad de tu Libertad, la realidad de tu
Fuego y de tu Presencia infinita en el seno de la creación, como en el seno de
lo que eres antes de toda creación.
Entonces por supuesto que mis palabras darán
ritmo a este Fuego Ígneo, lo conducirán hasta lo más íntimo de tu ser y se
revelará entonces a tu conciencia como a tu Presencia. Siéntate conmigo,
olvida. Olvida todo lo que sólo pasa, olvida todo lo que pudo molestarte y
reencuéntrate en la serenidad del instante presente, con el fin de que tú y yo
podamos resonar en la misma simpatía, en la misma empatía y en la misma Unidad.
Así te llamo y pido tu ofrenda, la de tu eternidad, regalo inestimable a ti
mismo, más allá de toda forma, más allá de todo límite.
Entonces, en este instante, abre lo que
todavía tal vez puede darte la ilusión de estar cerrado o encerrado. Libérate
de todo peso, estate disponible para lo que tenemos que vivir, estate presente
a ti mismo como a mí mismo. Deposita toda carga y toda pena, todo dolor, a tus
pies como a mis pies.
Tu Casa, así, se vuelve limpia y vacía de
todo lo que puede estorbar y limitar el acceso a esta Verdad Una e indivisible.
Así, prepárate para la alegría de tu eternidad, prepárate a la simplicidad y a
la humildad.
No te resistas a nada de lo que es, que te
sea conocido o desconocido. No tengas miedo, porque justamente este Fuego
señala en ti, en el seno de tu efímero, el fin del miedo, el fin de la duda y
el fin de las ilusiones.
Siéntate, no busques nada, no reivindiques
nada, estate simplemente disponible y lúcido. En este estado, no hay nada que
proteger, sólo hay que magnificar la clara conciencia de la Paz eterna, de la
Verdad, del Amor y de la Luz.
Deja manar y deja emanar lo que desciende
hasta ti, lo que sube hasta ti, y lo que en definitiva y en realidad emerge de
ti.
Ahí, estás conmigo, ahí, todo el espacio de
tu forma como en la no-forma, se llena del resplandor de tu llama.
Acógete a ti mismo y alégrate. Deja a lo
ligero llevarte, no a alguna otra parte, no a algún futuro, sino a lo más
íntimo de este cuerpo de carne. No te dejes distraer por lo que puedas ver, ni
siquiera por lo que pueda quedar de pensamientos. Conténtate con estar vacío
para estar lleno, conténtate con estar ahí, contento de estar conmigo. Porque
en este espacio, en este lugar y en este tiempo, nada puede faltar, nada puede
estar ausente. Descubre así la serenidad de la plenitud del Fuego. Deja a este
Fuego forjar de nuevo tu eternidad, desvelarla a tu corazón, desvelarla a tus
sentidos, rellenando así todo el espacio y cada una de tus células.
No hay nada que demostrar, no hay nada que
probar, sólo está lo esencial que no conoce ningún defecto, ni ninguna sombra.
Todo está ahí, el resto sólo es superfluo, el resto sólo te estorba y te desvía
del instante eterno de tu Presencia. Entonces así, en cada uno de ti, en el
lugar donde estés, en el tiempo en que leas, en el tiempo en que oigas, es el
tiempo de la Verdad desnuda. Tampoco intentes observar lo que en ti ocurre. No
limites nada, no encierres nada.
Entonces, en este instante, mira en lo más
profundo de ti, más allá de toda forma, y percibe, a través de tu conciencia,
el conjunto de los elementos que vinieron para hablarte por las voces del más
allá, a tu corazón, para hablarte de ti. No inscrito en una historia, sea cual
sea, sino más bien en la realidad de la conciencia, en la realidad de la Vida.
Tú, el único y el verdadero hijo de la Luz, hijo del Amor.
Así, en este espacio abierto entre nosotros,
puedes tirar lejos las muletas de tu historia, las muletas de tu pasado, las
muletas de tu mente. Descansa y vela, descansa y reza en una perpetua acción de
Gracia y oración del corazón, te revelas a ti mismo, vestido con tus trajes de
Luz, con tu cuerpo de Eternidad. Ahí donde nada está encerrado, ahí donde nada
puede estar disociado, reencuéntrate, sin miedo, reencuéntrate en totalidad.
Ahí, no hace falta ni conceptos ni ideas, sólo la vibración del Fuego es el
testigo y el marcador.
Ven, te llevo hasta ti, te llevo en ti.
Sean cuales sean las estructuras de Eternidad
que percibes en este instante, no te identifiques a ellas, experimenta
simplemente el Fuego del Amor, el Fuego de la verdad, experiméntate a ti mismo.
Así, la bola de plasma de Amor primordial de
la primera emanación se reconecta a ti y te lo revela todo, sin explicaciones,
sin justificaciones, con evidencia y claridad.
Ninguna palabra que pronuncie puede llegar a
enturbiar este instante que no conoce duración, que no conoce límite, sino que
se reconoce en ti, porque es lo que eres.
El soplo del Espíritu, el Verbo, se ha hecho
carne. Cada palabra se vuelve una espada de amor penetrando cada vez más en una
profundidad insondable e infinita, en tu Corazón del Corazón.
Deja cantar en tus oídos el canto de la
Resurrección, el que te saca de la tumba, el que te saca de la ilusión de la
vida y de los apegos a la Ilusión. Así, eres libre de resucitar en este
instante. Así, el Coro de los Ángeles te rodea con sus bendiciones, con su
canto. El Coro de los Ángeles exulta en tu conciencia la Libertad reencontrada,
y que sin embargo nunca se perdió sino que simplemente estaba enterrada bajo
los velos de la ignorancia.
Tú, hijo de la Fuente, hijo del Sol,
reencuentra tu sitio que no conoce ningún encadenamiento en ningún sitio
definido, y recorre libremente las diferentes octavas de la creación, así como
el silencio de la creación.
Bebe, sáciate de todo lo que se vive en el
lugar donde estás. No te juzgues, no midas nada, porque el Fuego Ígneo puede
parecerte desmesurado. No conoce ninguna medida, ni ningún límite, ni ninguna
exigencia.
Sea cual sea tu temperatura, deja que este
Fuego te caliente todavía más, quemando así las últimas escorias de la ilusión
de vida. Porque como te dije, eres la Vía, la Verdad y la Vida, más allá
incluso de toda función, de toda atribución y de todo papel.
Déjate atravesar, déjate llenar, vuélvete
transparente a este Fuego Ígneo que eres. Así, alumbrado por ti mismo, se vive
tu Resurrección.
En este lugar donde te encuentras, olvida la
noción misma de lugar. En el Fuego Ígneo, en el Corazón del Corazón, estás
también en toda periferia y en toda lejanía, porque no hay distancia y no hay
separación.
Cubre tu corazón con las palmas de tus manos,
no para encerrarlo sino para recogerlo en el seno de tu manifestación, en el
seno de este cuerpo que sólo pasa. Porque es en el seno de la oscuridad de tu
cuerpo que se alumbran todas las tinieblas en la cuales pudiste creer.
No creas en nada, no creas en nada más que en
lo que vives en este lugar y en este instante.
Todo se ha cumplido, todo se ha abolido.
Ningún marco de este mundo puede resistirse a la intensidad del Fuego Ígneo del
Amor.
Disuélvete en esta llama eterna, no retengas
nada, acoge todo.
Entonces, el Fuego Ígneo se despliega,
aportando una octava suplementaria en cada Estrella, en cada Puerta, en cada
Corona, liberando así el Fuego del Éter, liberando totalmente así la Onda de
Vida.
Ninguna parcela de tu cuerpo puede ser
ignorada, ninguna faceta de tu conciencia puede ser olvidada. Así, saturado de
Alegría, descubres por ti mismo lo que es esencial y lo que es subalterno. En
esta saturación de Alegría, ¿qué lugar, tu historia personal, tus alegrías
personales o tus sufrimientos personales, pueden todavía reivindicar? Sólo
representan una mota de polvo desapareciendo en el resplandor del Fuego Ígneo,
sin posibilidad de asentarse o manifestarse.
Al ritmo de mis palabras, esto crece. Esto
crece sin fin y sin cesar.
Acógete, no pongas ningún freno ni ninguna
interrogación ante la majestad de lo que es.
Permanece así, sean cuales sean mis palabras,
sean cuales sean las manifestaciones; Permanece así en esta Gracia infalible.
Que tus ojos estén secos o que tus ojos estén
húmedos no cambia nada.
Deja a tu corazón sonreír en la Evidencia
reencontrada. Deja a tu corazón latir al ritmo de la vida.
Tú que estás en este mundo, te das cuenta de
que sólo estás puesto allí, y que esto no es nada comparado con lo que eres.
Date cuenta, en este lugar no hay nada que
buscar, no hay nada que demostrar, no hay ninguna pregunta ni ninguna
interrogación.
Y ahí, te asientas cada vez más en tu
evidencia, quienquiera que hayas sido antes, esto fue antes y no tiene validez
en el Aquí y Ahora. No hay nada que proyectar, y tampoco hay nada que
anticipar.
La complitud del Fuego Ígneo es tal que
ninguna falta puede aparecer, ni siquiera ser evocada.
Entonces por supuesto, después tienes que
volver a este mundo, a tus juegos, pero tu mirada y tu corazón, no puede permanecer como antes.
Deja la Luz mostrarte tu camino en este mundo
para delimitar el camino mismo, con evidencia, con fluidez, con facilidad.
Con esta nueva mirada, no puedes engañarte ni
engañar a ningún hermano o hermana, sólo puedes llegar a la evidencia de ti
mismo.
…Silencio…
Deja el Fuego Ígneo elevarse de ti y
descender en ti.
Permanece lúcido en tu profundidad.
Ahí, no eres ni hombre ni mujer, llegas al
andrógino, el de los orígenes, el del camino, el de la experiencia como el del
fin de la experiencia en este plano.
Acuérdate de que más allá de la ilusión de tu
cuerpo, no hay ningún fin, ni siquiera ningún principio, sólo la Vida, sólo el
Amor. Porque el Amor y la Vida son sólo Uno.
Déjate transportar en totalidad hacia la
morada de Eternidad, ahí donde está la Paz suprema.
…Silencio…
Ahí está tu matrimonio místico con tu llama.
Así es este Fuego que crepita en ti, así es
el calor de tu corazón.
…Silencio…
Así se consume en silencio lo que debe serlo,
para completar tu liberación, para ultimar tu eternidad, para finalizar tu
mutación.
Entonces sonríe, sonríe a la Vida, sonríe al
Amor. Y ríete entonces de cualquier historia, no con ironía, sino por la
saciedad del Amor.
…Silencio…
Acepta ser consumido y arde en el Amor
crepitante.
El Espíritu del Sol te mira y te acompaña. El
Paracleto es entonces mostrado y lo reconoces.
…Silencio…
Y descubres y vives la insignificancia y la
belleza al mismo tiempo, de lo efímero de este mundo. Exhala el perfume de esta
verdad y oye el sonido de tu libertad.
…Silencio…
Guardo silencio y espacio mi Verbo para que,
a tu ritmo, te dejes imprimir por este Fuego Ígneo.
…Silencio…
Demostrándote a ti mismo, sin palabras y sin
explicaciones, que eres polvo en este mundo y eres la Vida en cualquier mundo.
…Silencio…
Tal vez descubras en este instante y en este
lugar, que eres tu amigo y tu amor, y que cada uno es también tu amigo y tu
amor, haya dicho lo que haya dicho tu persona. En el conflicto o la
contradicción que sea, sólo es polvo comparado con la amistad y el amor. En
este Fuego Ígneo, no se establece ninguna preferencia, ni se hace ninguna
distinción.
Nada puede estar encerrado, porque el
encierro sólo es una reacción al miedo, sin embargo ningún miedo puede ser
imaginado en el Fuego Ígneo de tu corazón.
Ahí, estás plenamente presente, apoyando tu
Presencia en su esencia misma, que es ausencia de toda Presencia. No hay
diferencia, no hay distancia.
Entonces, en este Fuego Ígneo, el sol te
alumbra y sus rayos lo calientan todo, añadiendo su fuego al Fuego,
vivificándote sin cesar y sin tregua, porque en el Amor no hace falta más
tregua que la alegría del Amor.
Mi corazón te habla y tu corazón responde con
la misma vibración, con el mismo sonido.
A medida que te instalas en este lugar y en
este instante presente, vives la Gracia.
La quemadura de amor es mucho más que el gozo
más poderoso de alguna satisfacción en este mundo, poniendo fin a toda avidez y
a toda falta. Nada puede faltar, nada puede ser poseído en este lugar.
Y ahí, te redescubres en Cristo en Gloria,
poniendo simplemente la mano sobre tu corazón y bendiciendo con la otra mano
todo lo que está a tu alcance, desde este mundo hasta la Fuente.
…Silencio…
Los tiempos se han cumplido, dejando sitio al
reino que no conoce ningún tiempo ni ninguna medida, porque nada necesita ser
medido, ni siquiera comparado. Te encuentras en la fuente de los Talleres de la
Creación donde ningún camino ni ninguna ruta son necesarios, ni siquiera
concebibles. Así bautizado y bendecido en el Fuego Ígneo de la Resurrección, el
Amor puede desvelarse en su totalidad, sin sujeto y sin objeto, sin atribución.
Todo ahí es natural y espontáneo.
En este lugar, la bendición es perpetua y no
requiere ni intención ni esfuerzo, es espontánea.
…Silencio…
Así pones fin en ti a todo juego de
seducción, a todo juego de apropiación, a todo juego de falsificación.
En este lugar, todo es puro, todo es
verdadero, no hay nada más que lo puro y lo verdadero.
En este lugar donde estamos tú y yo, la
comunión es perpetua.
…Silencio…
Entiende simplemente la majestad del instante
porque aquí, no tienes que poseer nada ni retener nada, sólo vivir.
Entonces, asentado en este lugar, eres
verdadero y auténtico, dándote cuenta de que todo lo demás lo fue sólo en
parte, ocultado por el miedo, ocultado por las sombras y los velos, e incluso
esto desaparece. No pueden quedar ni rencor ni recriminación, el Amor no sabe
de esto porque ahí el perdón es perpetuo. No hay ni pecado mortal ni condena,
esto pertenece al reino del miedo, y en el Amor ningún miedo puede reinar, ni
siquiera existir.
…Silencio…
Enciéndete a medida en que tu llama te
encienda, recibe integralmente el don de la Vida eterna. Es tuyo, es tu
naturaleza, es tu esencia, revivificando en ti la Vía de la Infancia, de la
espontaneidad, del candor y de la frescura que no conoce ningún peso, ni
ninguna edad.
Aquí, en este lugar donde no hay ni culpable
ni salvador exterior, eres la Vía, la Verdad y la Vida.
El bálsamo del perdón y de la acción de
Gracia se despliega desde tu Sol central en cada una de tus historias como
persona en este mundo, desde el tiempo en que diste tu primer paso y tu primer
aliento, poniendo fin a todo contrato y a todo infierno. Sigue ardiendo en la
alegría de tu libertad, en este lugar.
…Silencio…
Ahí donde estás, en este lugar, no hay ni
juez ni juicio, no hay nada que juzgar, tampoco hay nada que contener.
…Silencio…
En este lugar donde somos Uno, de todo tiempo
y de todo espacio, no podrás nunca más dejarte, ni desaparecer de lo que eres.
…Silencio…
En este lugar donde decir « te amo » no es ni
una proyección ni una posesión, donde el « te amo » es la única oración que
acompaña cada Verbo, cada movimiento.
…Silencio…
Así, aceptando tú propia ofrenda, estás ahí,
resucitado, con el corazón abierto a cada hermano y hermana de la tierra, sin
distinción y sin moderación, con la misma plenitud y la misma totalidad.
…Silencio…
Acción de Gracia y bendiciones.
…Silencio…
Te dejo unos instantes en tu propio Cara a
Cara donde todo se borra, y donde sólo el Amor permanece. Quédate así.
Incluso sin mis palabras, incluso sin mi
Verbo, esto está instalado y está adquirido y no puede ser perdido, ni siquiera
extraviado, ni dejado de lado.
…Silencio…
Permanece ahí, en toda cosa y en toda
circunstancia.
…Silencio…
Eres amado, no solamente en la medida con la
cual amas, sino más allá de cualquier medida. El Amor no cuenta, nunca cuenta,
Es.
Permanece así, porque ahí eres verdadero y
auténtico.
…Silencio…
Me retiro unos instantes, pero permanece así
todo el tiempo que quieras.
Y te digo hasta ahora.
Y te bendigo en lo que eres.
…Silencio…
-III-
Ahí estoy nuevamente en ese lugar donde el
Fuego Ígneo prevalece, ahí donde la Gracia del Amor es inalterable e
inquebrantable. Amigo, hermano, recibámonos. Fusionemos. Más allá de cada uno,
tu llama que jamás puede apagarse te abraza otra vez. Entonces escúchame, así
te oirás, fuere cual fuere la agitación
en tu mundo pues - al permanecer en el seno de esta morada que es tuya de toda
eternidad - te mantienes inquebrantable e inalienable.
Así, el Fuego Ígneo prosigue su obra pues,
como ya dije, todo ha sido cumplido en tu eternidad. Falta simplemente
clausurar la escena final en que cada cual, frente a sí mismo, ha de
reconocerse en toda circunstancia en lo que es, más allá de cualquier rol y de
cualquier acontecimiento sucediendo en tu efímero.
Estás en el lugar que te corresponde, el
único valedero pues nunca varía. Fuere cual fuere el juego que quizás desees
seguir jugando, seguirá siendo válida una sola regla, una sola ley, que es la
ley del Amor y la ley de la Libertad, la que no requiere de prohibiciones ni de
restricciones en absoluto.
Haz una pausa nuevamente y oye el chirrido
del Fuego que no es sino el Coro de los Ángeles y el canto de la Vida que
cantan en ti y en este mundo ahora, lanzando al aire el toque de alarma final
de lo efímero y el ángelus de la Eternidad.
Deja que las Trompetas sacudan y derriben los
muros de la razón de este mundo que no son sino pretextos engañosos resultantes
del encierro.
Mantente libre en tu llama, fuere lo que
fuere lo que vayas a encontrar, fuere lo que fuere lo que acontezca en la
escena final de este mundo.
Deja que la alegría de tu corazón suplante el
rencor, poniendo fin así a los lamentos fueren cuales fueren y a las
necesidades, fuesen cuales fuesen.
Y ahí, en este lugar que es tuyo, has sido
llamado ya de toda eternidad, aunque no hubieses oído tu nombre. Él queda
grabado en el Libro de Vida que no es el libro de este mundo. Todo es perfecto
pues todo ha sido cumplido.
… Silencio…
Tu cuerpo, colocado en este mundo, reconoce
la llamada del Corazón, el canto de la Libertad, la llama de la Eternidad.
… Silencio…
Tú que eres lo que eres, tú que eres quien
fue y quien será, si necesitas todavía conjugar con tres tiempos el tiempo de
tu Presencia, pasado, presente y futuro – según los conceptos de tu mundo – te
han dado hora y esa hora es ahora.
… Silencio…
Date cuenta de la evidencia de lo que vives y
de la primacía de esto por lo que te da para vivir este mundo todavía. Eres la
Vida y no simplemente la vida en este mundo. Eres la Verdad que no conoce la
materia, fueren cuales fueren las leyes de este mundo y la densidad de este
mundo. Eres el Camino que has recorrido, tal vez todos los caminos de este
mundo, los que jamás fueron el Camino. Date cuenta de que nadie te pedirá
rendir cuentas. Cuentas no debes rendir a ninguna autoridad que no sea la Vida
que tú eres.
… Silencio…
Deja esta evidencia consumirte por completo a
fin de que ningún ímpetu de tu corazón esté refrenado ni ensombrecido.
Mi Verbo no hace sino seguir la intensidad de
tu Fuego dando el ritmo y el compás, ahí donde no hay necesidad de nadie pues
no hay nadie, solamente está la Vida que canta y baila en su inmutabilidad, en
su no permanencia y en su permanencia.
Lo sutil se torna densidad en ti mientras la
dureza aparente de este mundo no puede subsistir más en ningún recoveco de tu
ser. Tu cuerpo de Gloria ha despertado, tu cuerpo de Gloria ha ascendido a las
moradas de la Libertad. Solamente quedan fragmentos del encierro, fragmentos de
los sufrimientos pasados que están consumiéndose, ellos también, en este
preciso momento, por el canto del despertar. Escucha y oye lo que te dice el
Fuego Ígneo. Reconócelo y despósalo, fusiona con él en la libertad absoluta
pues ahí, en ese lugar, nada puede constreñirte, ningún deseo puede ser
proyectado pues todo es presente.
En ese lugar de donde me escuchas y me oyes,
sólo puedo decirte: sí, has despertado. Ningún adormecimiento podrá hacerte
olvidar lo que eres, ninguna herida puede disfrazar esta verdad, ningún dilema
puede siquiera ser pensado o evocado.
En este Fuego Ígneo está el « sí » a la Vida
eterna. Entonces ¿Quieres ser libre? ¿Qué puedes perder fuera de los
sufrimientos y la densidad? ¿Qué perfección persigues tú que naciste perfecto
más allá de ese cuerpo ya que nunca naciste y nunca moriste?
Escucha y oye el Fuego Ígneo de tu corazón,
escucha y oye el canto de la Vida y el canto del Silencio, acompasados por el Verbo y por tu
aliento.
Respira en libertad. Fueren cuales fueren los
años de tu cuerpo, fuere cual fuere la cuenta de tus vidas en el seno del
encierro, no quedará marca alguna ni pesar tampoco pues el Fuego Ígneo los
consume también.
Entonces nuevamente descansa en tu llama, tú
que estás en adelante colmado con Amor y con Gracia, en la plenitud del
corazón, donde el Corazón del Corazón está presente en cada punto de tu
Presencia en este mundo, en cada lugar de tu cuerpo.
Reúnete contigo. No te separes de ti nunca
más.
Diga lo que diga la voz de tu mente, digan lo
que digan las memorias de tus sufrimientos, quedarán consumidas en este lugar.
Compartamos nuestro Fuego pues es el mismo en
cada uno. No marca diferencia alguna. No coloca barrera ni límite alguno. Tú
que eres infinito e indefinido, tú que eres el Alfa y el Omega – y mucho más
que eso – has despertado. Puede ser que tu corazón haya despertado de un largo
descanso, de un largo sentimiento de ausencia o de carencia, puede ser que
hayas captado ya lo que eres, no importa. No queda distancia alguna ni
diferencia alguna en cada uno de nosotros.
… Silencio…
Mientras en la algarabía del mundo se cumplen
las visiones de los profetas, nada te atañe.En el Fuego Ígneo, ahí está tu
lugar. En este Fuego de Verdad todo se esclarece, al mismo tiempo que todo
desaparece de lo que has conocido en este mundo y en los juegos que has jugado,
dejando el Amor al desnudo, ese Amor que lo es todo. No es pasado ni futuro, es
aquí y ahora en ese lugar donde estás, en ese lugar donde me oyes, en ese lugar
donde me lees.
… Silencio…
En el Fuego Ígneo ningún enlace puede
resistir y ninguna traba puede subsistir ni manifestarse. E incluso en mi Verbo
¿qué puedes identificar todavía que no sea el Verbo de Amor? No soy nadie pero
soy tú – que eres también nadie. Sólo permanece la llama del corazón. Todo lo
demás no es sino juego y Libertad.
Descansa ahora en este Fuego Ígneo, sin
importar lo que te queda todavía por recorrer, por descubrir o por
concientizar. Sin importar lo que te corresponda atravesar, mantén este Fuego
pues él es el agente operador y transmisor, es el catalizador del Amor, es el
Fuego del Sol, aquél que te devuelve tu ardor y tu pureza.
En esta llama ninguna identificación puede
mantenerse o resistir porque el Gozo se lo lleva todo y lo consume todo. Eres
tú mismo bendición.
Entonces, en ese lugar, te das el Fuego, no
aquel de la espera o de la esperanza sino aquel del instante, instante de
verdad que no puede ser detenido ni siquiera frenado.
… Silencio…
Oye tu Verbo que no requiere ni de
cronología, ni de circunstancias, ni de causalidad.
… Silencio…
El perfume de este Fuego es la rosa mística
del Amor, con mil olores, con mil delicias, que no puede asemejarse a ninguna
de las delicias de este mundo.
Estás despierto, arropado en la túnica de
Gloria, oyes la llamada de la Eternidad, que te conduce al mismo corazón del
Amor.
… Silencio…
Recojámonos, todos unidos y libres, en cada
lugar donde estás, dejando que este Fuego queme más y más los subterfugios de
este mundo.
… Silencio…
Tú que fuiste marcado, quizás desde hace
años, en la frente y en el corazón, tú que eres el elegido ante todo de tu
propio corazón, el Amor te habla, el Fuego vibra.
… Silencio…
Las estructuras de tu Ascensión queman, ellas
también, sin consumirse pero iluminándose por sí mismas.
Unos campos áuricos de un blanco virginal te
rodean en adelante. Tu vehículo de Luz está disponible.
Ahí donde circulan la Luz y su Inteligencia
no te corresponde dudar, ni siquiera elegir. Te corresponde dejar que se haga
lo que debe hacerse. No debes pedir ni solicitar nada sino simplemente
orientar, sin voluntad alguna, lo que acontece en ti.
… Silencio…
Ya estás libre, antes siquiera de la libertad
efectiva de este mundo. Ya estás vertical sin que nunca más yugo alguno vuelva
a constreñirte.
… Silencio…
En lo que acabo de declamar ante tu corazón
puede ser que subsistan residuos o restos de lo que pasó y está muerto. El
Fuego Ígneo los consumirá del mismo modo en este mismo instante, o en cada
instante según el ritmo de este mundo, tan pronto como sigas el ritmo de tu
corazón.
… Silencio…
Deja que la llama de tu corazón queme y
consuma también todo cuanto está en la superficie de este mundo. Eso no
requiere esfuerzo ni siquiera energía. Solamente se necesita permanecer en ese
lugar.
… Silencio…
Entonces comulguemos juntos en la Nueva
Eucaristía y según las dos especies nuevas: el Fuego Ígneo y el Amor Uno.
Acción de Gracia permanente.
Entonces te digo: ve en paz pues te doy mi
paz en la medida en que te la otorgas a ti mismo.
Jamás hubo falta ni error. Solamente te olvidaste e – incluso en eso –
no hay responsabilidad ni culpa de tu parte. No mires más lo que está muerto o
está por morir pues eso es efímero. Mira el instante en este lugar. Mira el
instante presente. Es tu única referencia, tu única marca.
… Silencio…
Mi Verbo se hace a un lado mientras el tuyo
ocupa todo el espacio.
… Silencio…
Ámame con tu Llama Ígnea.
Nada te pido. Sólo eso.
Con la misma medida que me das, te das a ti
mismo. Nada guardes, por favor.
… Silencio…
Te doy mi paz, te doy mi Fuego.
Hasta pronto para las preguntas relativas a
lo que vivimos en ese lugar.
Te doy el Gozo, en nombre de la Verdad y en
nombre del Amor. Bendito eres, tú el re-nacido de nuevo.
Descansa. Tus ojos se han abierto. Tu corazón
es un flujo radiante permanente, si así lo deseas, si así lo mantienes.
Te saludo en Cristo, te saludo en el Espíritu
del Sol y el Coro de los Ángeles.
… Silencio…
Hasta luego.
LA SALIDA /
YO SOY / EL IMPERSONAL IV - Preguntas y Respuestas
En el Fuego Ígneo, te bendigo de nuevo y juntos, tú
y yo, vamos a escuchar lo que emergió de tu conciencia en lo que se produjo en
este lugar. Así, escucho lo que tienes que preguntar.
Pregunta: ¿nos ha dicho que
nosotros mismos, somos el Fuego Ígneo?
Bien amado, hace algún tiempo os fue enunciado lo
que representaba la Corona radiante del corazón, así como un cierto número de
elementos correspondientes a lo que llamáis vibración, energía y centros de
conciencia. El Fuego Ígneo es la característica primordial de toda llama
emanando de la Fuente. Así que, bien más allá del cuerpo de Êtreté, bien más
allá del cuerpo de Resurrección, se sitúa tu primera forma que es efectivamente
una llama llevando, y vivificando, el Fuego sagrado llamado Fuego Ígneo.
En el seno de lo que eres, el Fuego Ígneo es el
componente esencial de tu manifestación en las dimensiones que exploras – y
explorarás si tal es tu deseo. Reencontrar la llama – que eres–, te devuelve la
posesión de ti mismo, a la libertad del Fuego, a la libertad del Espíritu. Así,
más allá de las palabras, te di a resonar, en el seno de mi Verbo y mis
silencios, la vibración de tu esencia, llama de Fuego, lengua de Fuego, donde
recorre sin interrupción el Fuego Ígneo en cada parcela de esta llama, de esta
lengua.
El Fuego Ígneo es el Amor en acción, el Amor de la
Creación, el Amor de la Vida, el Amor sin más.
El Amor incondicional, no dependiendo de ningún
objeto, de ningún tema, ni de ninguna intención, es la espontaneidad de tu
Presencia en el momento cuando el Sí, él mismo, toma conciencia de que es mucho
más que el Sí. Ahí está el Absoluto, ahí está Parabrahman, ahí está la Infinita
Presencia, cuya primera emanación, si puedo decir, aunque el término no sea
correcto, es efectivamente el Fuego Ígneo.
He aquí lo que te dice el Verbo de Fuego en su
lenguaje, en tu estructura de carne, ahora:
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: respecto al Fuego Ígneo,
sentí que unas emociones se evacuaban. ¿Qué es?
Bien amado, el Fuego Ígneo que eres, puede darte a
vivir, a sentir, en el cuerpo o en la conciencia, sin pasar por el soporte del
cuerpo ni del corazón, sino que directamente te sitúa en el seno del
observador, dándote a constatar la emergencia y la evacuación de algunas
emociones. No hay reglas en la libertad del Amor, no hay esquemas
preestablecidos de la manifestación de este Fuego Ígneo. Cada uno de entre
vosotros puede vivir unos elementos que parecen diferentes, no lo son. Porque
más allá de la apariencia y más allá de la impresión del cuerpo, se sitúa más
directamente la impresión de la misma conciencia, dando a vivir unas
manifestaciones variadas, a veces sutiles, a veces infinitas, a veces
correspondiendo a las manifestaciones habituales de tu efímero.
En definitiva no hay diferencia, simplemente que
las vías, si puedo decir, primero son diferentes. Cada uno, en este lugar, vive
o vivirá, leyéndolo o escuchando, cosas profundamente diferentes, incluso si el
Fuego Ígneo tiene impactos perfectamente conocidos en el cuerpo de carne como
en el cuerpo de Eternidad. Sólo son unos enlaces respecto a tu propia llama,
viniendo a vivificarla, cualquiera que sea la manifestación, cualquiera que sea
lo sentido. Esto no hace en definitiva ninguna diferencia, no en cuanto a la
apariencia, no en cuanto a lo sentido, sino a la evidencia de lo que esto
produce, en el momento o bien después, en el momento más oportuno tal vez para
ti.
… Silencio…
Atrévete y habla, porque cada uno de nosotros acoge
tu pregunta con la misma Gracia y el mismo Amor, cualquiera que sea el
contenido de tus palabras. No te limites.
Pregunta.
Pregunta: Nos dijo que nuestras
auras eran blancas y purificadas. ¿Es una realidad o un voto piadoso?
Bien amado, ninguna de las dos. Que tu posición te
haga decir que es un voto piadoso, hay una realidad, más allá de lo efímero,
que hasta si no te parece haber sido tocada, ni incluso haber permitido de
lavarte en la sangre del Cordero, las vestiduras lo registraron. Esto se
producirá, si esto no ha ocurrido, en el momento más oportuno, a lo largo de
tus días o de tus noches.
Hay pues evidencia para algunos, hay no-evidencia
para otros. Pero más allá de las apariencias, inscritas en el seno de las
estructuras de tu efímero, está el corazón. Él sabe, lo reconoció, si hay
todavía una cierta forma de distancia entre tu vivido y tu corazón.
Se trata sólo de un voto piadoso para la persona,
se trata de una verdad inquebrantable para aquel que lo vive en este mismo
lugar. En un caso como en el otro, y con todos los matices posibles del sentir,
de las vivencias, la finalidad, en muy corto plazo, es exactamente la misma: la
que describí y activé por la Gracia de vuestra Presencia y de nuestra Presencia
Una.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: desde que estoy aquí
tengo problemas de dolor, de calor al nivel de la cabeza, y no logro resolverlo
al nivel físico. ¿Es respecto al Fuego Ígneo?
Querida, el Fuego Ígneo es portador de la
Inteligencia de la Luz, no puede ser de de otro modo. Así, los lugares de
tu cuerpo efímero donde este Fuego se manifiesta pueden también, pero no
exclusivamente, traducir la acción de este Fuego al nivel, como dije, de lo que
debe ser consumido, y también al nivel de los ojos que deben abrirse. No hay
pues ni bloqueo ni resistencia sino simplemente eficacia a nivel de lo que percibes.
Lo que debe consumirse está presente a este nivel de tu cuerpo de carne. Hay
tal vez un consejo que darte como conciencia: déjate poseer por la Libertad.
Deja este Fuego hacer lo que tiene que hacer, y condúcelo, sin voluntad,
colocándote tú misma, en conciencia, en el seno de tu pecho. Ayúdate de tu mano
si sientes la utilidad, toca tu corazón, y deja entonces el Fuego Ígneo
expandirse. Pero déjalo también obrar allí donde trabaja.
El Fuego Ígneo, ya que hablas de la cabeza,
corresponde a la alquimia completa entre lo que ha sido llamado las doce
Estrellas y la Corona radiante de la cabeza, y pequeña Corona de la cabeza,
correspondiendo, te lo recuerdo, a los cuatro Hayot Ha Kodesh presentes en ti.
La puesta en movimiento de estas dos estructuras ocasiona efectivamente unas
percepciones a veces dolorosas alrededor de la cabeza, dando una sensación a la
vez de compresión y de explosión. No hay ahí ningún riesgo en cuanto a tu
integridad de lo efímero, concerniendo a su funcionamiento, sino de un modo diferente
desde ahora en adelante.
La alquimia entre la pequeña Corona y la gran
Corona de la cabeza es un elemento motor indispensable para la puesta en
marcha, el encendido si prefieres, de tu Merkabah interdimensional personal. El
Fuego Ígneo, por su inteligencia, se manifestó para algunos de entre vosotros,
como se ha dicho, por resurgimientos o subidas de emociones; para otros por
quemaduras en algunos lugares del cuerpo; para otros finalmente, por una acción
particular sobre su propia conciencia. Recuerda que la finalidad es la misma:
la disolución, la Resurrección, el renacimiento en Eternidad, la superposición
de lo efímero y del Eterno, del cuerpo de Êtreté y de los cuerpos efímeros.
Esto puede producirse en algún punto, Puerta o Corona de tu cuerpo.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿y en el caso de una
bronquitis difícil de curar?
¿Cuál es la pregunta?
Pregunta: ¿es también respecto al Fuego
Ígneo?
No. Los pulmones, y en lo que es llamado
bronquitis, hay restos de tristeza todavía presente en esta conciencia que se
evacuan de este modo. Esto está ligado, no directamente al Fuego Ígneo, sino
más bien a la superposición de lo efímero y de lo Eterno. En esta fase de
última de resolución del efímero, un cierto número de las que podrías llamar
eliminaciones se produce naturalmente, o bien por el cuerpo, o bien por la
conciencia. La emoción vinculada a los pulmones corresponde a la tristeza. Se
trata en cierto modo de una puesta en orden y de un sentimiento profundo de
justicia devuelta, porque al pulmón le horroriza la injusticia. La tristeza
perjudica el pulmón. No hablo de una tristeza presente, sino de una tristeza
vivida en el seno de la memoria de este mundo, en el seno de esta vida, que
encuentra así un espacio de resolución.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿cuál es la diferencia
entre la llama del Fuego Ígneo y el Espíritu?
El Espíritu sopla donde quiere, cuando quiere. Él
no necesita de ninguna forma, incluso de la forma primera que llamé Llama. El
Fuego Ígneo es transportado, aunque la expresión no sea adecuada, por el
Espíritu. Él es su constituyente.
El Corazón del Corazón, en lo que fue llamada la
Infinita o la Última Presencia que representaba, hasta si la palabra no es
exacta, una puerta de entrada en el Absoluto, necesita a veces la acción
importante de este Fuego Ígneo, resultando como dije y permitiendo al mismo
tiempo la activación de vuestro vehículo ascensional.
… Silencio…
Vuelve a hacer la pregunta.
Pregunta: ¿cuál es la diferencia
entre la llama del Fuego Ígneo y el Espíritu?
El Espíritu puede soplar donde quiere, hasta puede
incluso soplar en cierto modo el Fuego Ígneo. El Fuego Ígneo es pues, aquí
también, una manifestación del Espíritu. En cuanto al Espíritu, que él sea el
Espíritu del Sol o el Espíritu sin más, él no tiene ni forma ni atributos. No
es un fuego. Si se le quiere comparar, sería el Aire, portador del Fuego no
obstante. Os recuerdo que el aire atiza el fuego, que el aire alimenta el
fuego, y que el fuego consume el aire, no en el sentido de una desaparición,
sino más bien de una alquimia extremadamente intensa – el fuego y el aire,
estando en común resonancia, como lo puede ser el agua y la tierra.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿un punto luminoso en la
cabeza forma parte del Fuego Ígneo?
Como lo enuncié, el Fuego Ígneo abre vuestros ojos,
dándoos a ver lo que se celebra, no por la visión del Corazón, no por la visión
etérica, no por la visión interior, sino por la visión en el sentido
arquetípico, llevado, os lo recuerdo, por la Estrella No Eyes. Es este punto de
Luz percibido en la cabeza que corresponde a esto, cualquiera que sea el lugar
de la cabeza donde es percibido. Por regla general, es percibido y visto en el
centro de la cabeza, ahí donde se encuentra lo que nombráis la pineal.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿la subida inhabitual de calor
en este momento, yendo de los pies hasta la cabeza, pueden ser debidas al Fuego
Ígneo?
Esto está en adecuación total. Así como lo
especifiqué hace unas semanas de vuestro tiempo, la Onda de Vida se ha visto
reemplazada, o aumentada en algunos casos, por este Fuego del Espíritu o Fuego
Ígneo que nace efectivamente, pero no de modo exclusivo, al nivel de los pies.
El Fuego se eleva y sube. Él os eleva de la misma manera a vuestra morada de Eternidad.
Este Fuego Ígneo o Fuego del Espíritu, puede también aparecer del mismo modo
directamente al nivel de vuestras manos, y allí también subir. Una vez más, el
Fuego Ígneo, por su inteligencia, nace, o renace, en un lugar o en varios
lugares. Su finalidad es bien evidentemente la consumación total de lo que
constituye la materia carbonada. Lo que fue llamado hace muchísimo tiempo por
el comendador de los Ancianos “el asa-planeta” corresponde efectivamente a la
acción del Fuego Ígneo y a su representación en este mundo, donde estáis
todavía.
El Espíritu, finalmente, según vuestra
representación del Universo visible en vuestros cielos, es también un Fuego
Ígneo. Lo que nombráis “materia negra”, invisible a vuestros ojos y a vuestros
equipos, constituye la mayoría de los universos y de los multiversos. La
característica es la Luz permanente, a veces llamada también por vuestros
científicos por lo que emerge de ella, es decir las radiaciones gamma. En el
momento del contacto entre la materia carbonada y el espacio negro tal como lo
veis – pero que de hecho ni es negro, ni está vacío –, en el momento de esta
interacción, hay creación de un agujero negro y una emisión de radiación gamma.
Es la radiación que llamáis gamma, pero también
otros tipos de radiaciones que os son desconocidas, llamadas radiaciones
exóticas, que constituyen la trama de la verdadera vida, y que bien
evidentemente no permite a la materia dicha carbonada de subsistir o de existir
en su presencia, porque hay necesariamente, en ese momento, transmutación,
emanación de Luz e irradiación de Luz. Es el proceso que a escala individual
vivís. Según un desarrollo que es diferente para cada uno, incluso si existen
unas similitudes y una frecuencia más grande de aparición de este Fuego Ígneo a
nivel de los pies, de las manos, del corazón o de la cabeza, sin ignorar que
también puede nacer directamente en una de las Coronas radiantes, en el Canal
Marial o del sacro.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿podemos llamar al Fuego
Ígneo, o éste actúa por su propia inteligencia?
Querida, en el seno de tu libertad, pide lo que
quieras. El Fuego Ígneo, lo dije, también es inteligencia. Él lleva en cierto
modo vuestra llama, pero también el Amor. Él es Luz, es movimiento, es calor,
es inmovilidad. De la misma manera que el comendador de los Ancianos os había
estipulado, hace algún tiempo, que tenías la posibilidad de auto-curación en
cierto modo, pero esta auto-curación no puede ir en contra de lo que es
necesario para ti, sobre todo en estos tiempos, para encender tu vehículo
ascensional.
Eres libre de pedir lo que te parezca bueno. El
Fuego Ígneo responderá, pero siempre estará en acuerdo con tu libertad. Si un
dolor o un sufrimiento está presente, eso puede ser, como se ha dicho, una
forma de eliminación, pero esto puede ser también un medio, yo diría, de
penetración del Fuego Ígneo, para unas especificidades que te son propias,
vinculadas a lo que queda de memorias, a lo que queda de materia, a lo que
queda de persona.
Pregunta lo que quieras, a la Luz, como al Fuego
Ígneo, o a los gnomos. El resultado, incluso si no pasa por el mismo sentido o
la misma percepción, la misma finalidad será siempre: de permitirte llegado el
momento, de vivir con comodidad y facilidad, el mecanismo llamado estasis, y el
asa-planeta final.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: solo un testimonio:
cuando nos dijo que todos vivíamos el matrimonio místico con la llama del Fuego
Ígneo, me llenó de alegría.
Doy gracias a tu testimonio, pero cuando esto es
vivido de este modo, ¿cómo puede ser de otro modo? El Fuego del Amor, incluso
ardiendo y consumiendo, es ante todo un Fuego de alegría y de dicha donde, como
dije, cantan el Coro de los Ángeles y el Espíritu del Sol.
Damos gracias a tu Presencia y a tu testimonio.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿el Fuego Ígneo tiene una relación
con el Fuego de Mikaël?
Mikaël, a través de su forma original en la 18ª
dimensión, a través de su representación en vuestros cielos, arando como él lo
dijo, actualmente vuestro cielo, poniendo final a lo que pueda quedar de
fragmentos de las capas de aislamiento, es efectivamente asimilable al Fuego
Ígneo.
Cuando un meteorito toca la tierra, por su calor y
su interacción con la tierra, él conduce en general, por el Fuego Ígneo, a la
creación de cristales. Es el mismo Fuego Ígneo que fue utilizado he aquí veinte
millones de años de vuestro tiempo terrestre para iniciar, si puedo decir, la
alquimia de la creación de los cristales, así como de la vida biológica.
Los Maestros genetistas de Sirio manejan el Fuego
Ígneo a fin de conformarlo en el seno de diferentes bandas de frecuencia
llamadas dimensiones, con el fin de crear la expresión de la vida según ciertas
modalidades, y respetando siempre la libertad de vuestra propia llama. Hay pues
efectivamente mucho más que una correspondencia entre el Fuego Mikaëlico, si
puedo decir, y el Fuego Ígneo. Mikaël, en su dimensión original, podría ser
llamado, según vuestra terminología, un pájaro de Fuego.
Si vuestra memoria cronológica está presente, han
sido tenidos en cuenta varios fuegos: el fuego vital, conduciendo a la
enfermedad, al orgullo, el Fuego vibral, elevando y ascensionando vuestro
corazón, y el Fuego Ígneo. El Fuego del Espíritu, o bautismo del Espíritu, sólo
es la conjunción del Fuego vibral y del Fuego Ígneo. El Verbo, soplo sin forma,
puede manifestar los efectos del Fuego vibral como del Fuego Ígneo.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿sentir el calor en los pies,
sentir las Puertas del sacro moverse, el corazón calentarse y las Coronas de la
cabeza animarse, es una etapa del Fuego Ígneo y si es sí, que será lo próximo?
La consumación total, por el mecanismo llamado
ascensional, vía la Lemniscata sagrada. La fusión y la resolución del conjunto
de las Coronas, la fusión y la resolución del efímero y del Eterno, es el
proceso de encendido, si puedo decir, del proceso ascensional individual como
colectivo. Esto está en curso. Es en ese sentido que dije que todo estaba
cumplido en vosotros, aunque todavía se debía interpretar la escena final del
juego de este mundo.
La aproximación del astro de Fuego está bien
evidentemente en relación con eso. La Llamada de María, lo mismo que la
estasis, está directamente vinculada a eso, porque sabéis pertinentemente – y
lo viviréis – que entre la Llamada de María y el asa-planeta final, todo debe
ser consumido. Algunos serán consumidos desde la Llamada de María, otros desde
la estasis, otros finalmente en el último momento, y otros de entre vosotros
deberán vivir este Fuego en su carne durante los 132 días.
Lo que se celebra en este momento no es nada más,
para muchos de entre vosotros, que vuestra propia puesta en marcha del vehículo
ascensional, vuestra propia Pentecostés, como esto se ha producido hace más de
dos mil años para los apóstoles. Por supuesto, muchos carismas se os van a
desvelar. Escuchareis a los ángeles, de la misma manera que os comenzáis a
comunicar, incluso a comulgar, con los pueblos de la naturaleza. Todo esto está
perfectamente orquestado, es perfectamente melodioso y perfectamente justo.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿vivir el Fuego en la
carne, es ser quemado físicamente, irradiar, por radiactividad o rayos gamma?
Esto había sido precisado efectivamente y
estipulado por el Comendador, hasta bien antes de lo que fue llamado las Bodas
Celestiales. No olvidéis de que, lo que la oruga llama la muerte, la mariposa
lo llama nacimiento. El agente operador es el Fuego Ígneo, el asa-planeta, el
cuerpo celeste llamado Nibiru, o Hercobulus. Eres polvo y volverás a ser polvo,
no puede ser de otro modo en la alegría del Amor reencontrado. Como sabéis
también – si no obstante el objetivo del alma o la conciencia es de proseguir
en el seno de los mundos carbonados –, esto no podrá hacerse en el seno de la
Tierra ascensionada.
Te recuerdo que este cuerpo por el cual te expresas
y vives, acaba siempre bajo tierra, en el fuego o en un río. ¿Por qué iba a ser
de otro modo en esta fase? No obstante, no debes hacerte ninguna representación
de este tipo de quemadura, porque recuerda que habrás resucitado antes, en el
momento de la Llamada de María. Solamente las resistencias de la carne pueden
ocasionar lo que llamas quemadura, pero la dicha será tal que la quemadura será
insignificante, y reclamada, y hasta rogada de manifestarse.
El proceso de consumación puede incluso existir
independientemente de este período. Es las que llamáis las combustiones
espontáneas. El Fuego Ígneo se revela, liberando el alma o la conciencia del
encierro de la carne. Esto será, recuerda simplemente eso, una alegría como
nada igual. Hasta si hoy, en el seno de la persona, esto puede parecer
efectivamente terrorífico, no hay nada de eso. Era lo mismo durante lo que fue
llamado la Segunda Guerra mundial. El fuego nuclear, de la fisión nuclear,
había evidentemente destruido un cierto número de cuerpos. No sabes tal vez,
que algunos hermanos y hermanas encarnados en aquel momento, por razones
diversas, no tuvieron ninguna quemadura, ninguna secuela. Algunos están todavía
bien vivos hoy.
Así, el efecto del Fuego Ígneo destruye la
apariencia pero deja intacto el Amor. Que el cuerpo esté todavía presente o no,
no cambia nada. El desacoplamiento de vuestra historia, si todavía no
estáis liberados, será realizado durante la Llamada de María, durante la
estasis, o durante 132 días.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿eso significa que esto
puede hacerse sin sufrimiento?
Para aquel que está despierto, no habrá ningún
sufrimiento; para el que resiste, habrá sufrimiento pero resiliencia. Y pues,
al final de los 132 días, se abrirá un espacio de resolución que el Coro de los
Ángeles aclamará. Esto os ha sido explicado de modos innumerables. Esto es
exacto.
Pregunta: ¿nos dice que el fuego
de una bomba atómica y el Fuego Ígneo son parecidos o similares?
Los efectos aparentes son similares, pero la
finalidad por supuesto, no ha sido la misma, salvo para algunos seres que
sobrevivieron y que, a pesar de la irradiación, no vivieron la destrucción de
su carne, en particular para algunos corazones puros de la época.
Bien evidentemente no podemos decir que el fuego
nuclear, de la fusión o de la fisión nuclear, sea superponible. Es superponible
al nivel de las cualidades de radiaciones que son puestas en marcha. Te
recuerdo no obstante que el comendador de los Ancianos, en numerosas ocasiones,
ha hablado de vuestras centrales nucleares y del efecto de este fuego sobre
otro fuego nuclear. El Fuego Ígneo no es el fuego nuclear, pero la irradiación
del fuego nuclear y la irradiación del Fuego Ígneo son superponibles. Pero la
finalidad no tiene nada que ver. En un caso, hay destrucción de la vida; en el
otro caso, hay liberación de la vida.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿algunas creencias, como el
fuego del infierno en ciertas religiones, pueden limitar el impacto del Fuego
Ígneo?
Ninguna creencia puede resistir, si puedo decir, al
Fuego Ígneo. Sólo el apego a la materia es una resistencia al Fuego Ígneo. Sólo
la predación ejercida de manera continua en las encarnaciones, para un Adámico,
llevaría efectivamente el sentimiento de una quemadura vinculada al fuego del
infierno. Te recuerdo no obstante que no existe ningún infierno ni ningún fuego
del infierno, esto ha sido creado simplemente por las religiones constituidas.
Algunas religiones os hablan del fuego del infierno en caso de pecado, otras os
hablan de un cierto número de vírgenes que os acogerán. Todo esto sólo existe
en la cabeza de los que imaginaron y planearon esta esclavización.
El único infierno conocido, en todos los Universos,
está aquí, sobre esta tierra. Todos aquellos, de entre los hermanos y hermanas
encarnados humanos, que vivieron una experiencia de muerte inminente, a su
regreso tienen la sensación y todos lo dicen, de penetrar en un cadáver,
cualquiera que sea el amor manifestado en su vida, en su familia, cualquiera
que sea el amor espiritual, sin excepción alguna, todos ellos han dicho que el
único infierno está aquí, y en ninguna otra parte.
El fuego del infierno se asimilaría, en vuestro
mundo, al fuego del deseo y de la posesión, al fuego de la predación, al fuego
del avasallamiento. En ningún otro lugar del Universo, excepto en los mundos
todavía encerrados, el infierno puede mantenerse. No hay ningún infierno
excepto el que está en vosotros, y en este mundo. Aquel que ha sido desacoplado
de este mundo, que esto sea por una experiencia de muerte inminente, o bien por
el principio de Liberación, para el Liberado en vida, que vive esto con
evidencia: el único infierno, son lo que llamamos con vosotros los mundos
encerrados.
Toda la sutileza de las fuerzas arcónticas ha sido
de haceros adherir al conjunto de las religiones constituidas. Esto sólo existe
en vuestro mental, y ciertamente no en la Luz. Sois libres no obstante de
seguir creyendo en ellas, pero es una pérdida de tiempo y un sin-sentido, sobre
todo en estos tiempos que vive la Tierra, y que vosotros vivís.
… Silencio…
Pregunta.
Pregunta: ¿mi miedo infantil de la
irradiación nuclear va a atraerme a vivir los 132 días irradiado por una bomba
atómica o una central nuclear, o es una presciencia?
Bien amado, excepto la diferencia entre aquellos
que serán en un primer tiempo librados por este fuego, por su salida de este
mundo, de este cuerpo, por su evacuación por algunos hermanos galácticos, o por
su reagrupación en los Círculos de Fuego, ¿qué diferencia hay en definitiva?,
la irradiación de la Tierra será por supuesto definitiva y total en el momento
del asa-planeta final ¿Cómo puedes pensar que un sol se transforma de un estado
a otro sin activar una reacción mucho más poderosa que el fuego nuclear?
Pregunta: el problema es el
sufrimiento ligado a la lentitud de la irradiación.
Bien amado, olvidas simplemente la fase previa, que
es la Llamada de María y tu resurrección. La intensidad de esta resurrección,
para aquel que todavía no está liberado, será tal, que este cuerpo, a la imagen
de los primeros cristianos, podrá ser cortado en pedazos, descuartizado, pero
la sonrisa quedara siempre en tus labios. No es un problema de miedo, es un
problema de confianza, no en lo que digo, sino en ti mismo.
Las representaciones que se puedan hacer de la
irradiación, tal como fue conocida durante el segundo conflicto mundial de esta
tierra, o por los accidentes de irradiación existentes, no pueden en ningún
caso ser comparados con lo que se realizará después de la Llamada de María,
porque cada uno, que lo quiera o no, habrá visto lo que es, habrá visto la Luz,
y será renacido en la Luz, incluso si el cuerpo persiste. Lo que piensas hoy no
podrá ser pensado después de la Llamada de María.
Tomé la imagen de los primeros cristianos y de sus
torturas, y es pues exactamente la misma cosa: en cuanto que el Espíritu es
despertado, en cuanto que el Fuego Ígneo, la llama eterna sea vista, percibida
y vivida, entonces pase lo que pase a este cuerpo, no tiene ninguna
importancia, además que en ese momento no habrá que mantener una estructura
social cualquiera que sea. La matriz patriarcal arcóntica no existirá más.
… Silencio…
Hoy mismo, para completar, y desde hace ya muchos
meses, las radiaciones cósmicas y las radiaciones solares que alcanzan la
Tierra son infinitamente más poderosas que las habituales sobre la tierra antes
de los años 1984-85.
La irradiación, por las radiaciones exóticas,
comenzaron y siguieron su camino ampliamente, y sin embargo, excepto las
sensaciones de quemadura que ahora podáis tener en vuestras percepciones,
cualquiera que sea el lugar de estas quemaduras, no hay quemaduras físicas.
Si uno de entre vosotros, vibrando al nivel de una
de las Coronas, incluso si el corazón todavía no está despierto, por la
cualidad de sus campos áuricos, encajaría sin problema alguno la irradiación,
desde ahora. Entonces no puedes referirte a unos conocimientos o al pasado.
Dije que para el fuego nuclear la finalidad no era la misma, y sin embargo es
exactamente el mismo tipo de radiación.
Cuando existe una tempestad geomagnética, el flujo
protónico es multiplicado a veces por diez, el flujo de electrones también. Lo
que puedes comprobar no son quemaduras al nivel físico, sino unos
cortocircuitos, que esto sea a nivel del cerebro humano, o de los aviones en
particular, pero también de centrales nucleares. Esto no hace diferencia.
Todo depende, ahí también, del punto de vista de tu
conciencia, del emplazamiento de tu vibración, de la disolución del alma, de tu
capacidad de abandono a la Luz, de tu cualidad de soltar. Recuerda que hasta la
Llamada de María, todo lo que tienes te tiene, firmemente. Aquel que querrá
salvar su vida la perderá. Cristo lo había dicho, me parece.
Desde numerosos años, bien antes de lo que fue
llamado las Bodas Celestiales, que esto sea el antiguo Comendador de los
Ancianos o el nuevo, que esto sean los pueblos de la Intra-Tierra, o los
pueblos de la naturaleza, no os podemos mentir. La Luz no lo puede. Si esto os
asusta, si esto os da miedo, es una invitación a veros todavía más
profundamente, en vuestros apegos, en vuestras dudas, y a veces en algunas
creencias. Lo que es primordial no está absolutamente a nivel de este mundo y
de esta ilusión, lo que es primordial es vuestro Espíritu y vuestra libertad de
elección y de conciencia.
… Silencio…
Pregunta.
No tenemos más preguntas. Gracias.
Entonces os bendigo, en el Amor y en la dulzura.
Porque el Fuego Ígneo, en definitiva, sólo es pura dulzura y regocijo de la
conciencia.
En la Gracia, os saludo.
Hasta siempre.
DECIFRA LA HIPERDIMENSIONALIDAD
"Linda" política. Después de una campaña basada en descalificaciones, Presidente Trump felicita a Clinton por su excelencia en el trabajo. pic.twitter.com/fhOnuACzJ5— Cristian Crespo F. (@cristiancrespoj) 9 de noviembre de 2016
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