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jueves, 20 de octubre de 2016

POBRE$ RIKO$ PAI$; KE E$ UNA REPUBLIKA BANANERA$$$ ?... KUALKIER PARECIDO CERKANO E$ PURA KOINCIDENCIA$$$... PA K MA$$$$ ¡

¿QUÉ ES UNA REPÚBLICA BANANERA? En lector de Honduras me ha hecho notar las implicaciones del término ‘república bananera’ y la posibilidad de estar ofendiendo con él. Lo usé en la última entrada para calificar a Alemania y el extraño rumbo que está tomando en estos últimos años al amparo de la crisis económica mundial, crisis usada para justificar cualquier esperpento en este país. ¿Qué es una república bananera? Veamos. El término lo habría acuñado el escritor, periodista y farmacéutico usamericano William Sydney Porter, considerado un maestro del relato breve humorístico y más tarde conocido como O. Henry. Lo habría usado en los cuentos cortos Cabbages and Kings (1904) ambientados en Centroamérica para referirse –¿ya lo adivinaron?-, al parecer, a Honduras, sí. De allí el justo –me imagino -reclamo del lector. Personalmente, pienso que lo de ‘república bananera’ es otro buen ejemplo del magnífico uso del maquillaje de la historia y de la realidad al que nos ha tenido y tiene acostumbrados Occidente; EEUU, en este caso particular. (Y no es que Oriente no domine lo mismo. Ojo. Y Norte y Sur. Es una especialidad humana, vamos.) Repasemos la historia. Durante la primera mitad del siglo XX, varias compañías de EEUU se repartían el tesoro hondureño de entonces: la exportación del plátano o banano. Las tres principales empresas eran la United Fruit Company, la Standard Fruit Company y Cuyamel Fruit Company. La primera apoyaba a los nacionalistas y esta última a los liberales hondureños. United Fruit Company no solo se dedicaba a producir y comerciar con frutas tropicales: «con la colaboración del gobierno estadounidense, ayudaba al derrocamiento de sistemas democráticos y a la implantación de dictaduras represoras en aquellos países que presentaban hostilidades a su actuación empresarial. Es lo que dio lugar a que esos países o sus gobiernos fueran llamados “república bananera”, ya que la empresa estableció líderes locales para poder favorecer sus intereses económicos.» Esto no lo digo yo. Es una cita de la Wikipedia, nada menos. El término ‘república’ era en ese entonces también peyorativo y un eufemismo para referirse a las dictaduras. ¿Qué tenemos? Que pueblos enteros de países que aportaban sus propias riquezas en su propio suelo con su propia mano de obra, como Honduras, Guatemala y Costa Rica, no solo veían cómo las ganancias no se quedaban ni se invertían en el país, sino que, además, debían soportar la sorna de autores como O. Henry. Es decir que ciudadanos usamericanos no contentos con poder establecerse en otro país (inmigrantes) y explotar sus riquezas, se dedicaban a manipular el destino del mismo y encima tenían la concha -perdón- de estigmatizarlo llamándolo república bananera. Que quede claro. Occidente domina el arte de maquillar la historia según su conveniencia. Llamar ‘conquista’ a lo que fue una invasión, ocupación y luego un sistema esclavista que España abandonó cuando dejó de ser materialmente interesante, dejando un atraso de siglos y la malignidad del racismo, plagas de las que hasta ahora luchan por recuperarse países y regiones de América que alguna vez parieron astrónomos y estadistas capaces de organizar y alimentar grandes imperios, mientras Europa tenía que salir a buscar su suerte fuera de su territorio, es un ejemplo de ello. (Es decir, mientras Europa tenía que emigrar para verla.) Sin ánimo de ofender a ningún español moderno (¿quién puede ser responsable por lo que hicieron sus antepasados?), la llamada conquista española ha sido acaso ¡la adquisición más cara de un idioma en la historia de la humanidad! Hablaba de maquillaje. ¿Y la famosa Revolución Francesa, tan mentada y glorificada? Ahora que está de moda reconocer que Mao y Stalin fueron responsables de asesinatos masivos de opositores políticos, recuerdo una frase de Carlos Fuentes para referirse a esa revolución, preludio del Estado de Derecho moderno: “El misterio de una nación que se regocija viendo cortar cabezas.” Y ya que estamos en lo de maquillaje. ¿Qué se dirá de aquí a unos años (¿cinco, diez, veinte?) cuando se sepa qué era lo que utilizaban atletas como Bolt para barrer con marcas que hasta hace poco perduraban décadas enteras? Un ejemplo de maquillaje del maquillaje para mí. Escoger a atletas de Jamaica (maquillaje número uno) y no del propio EEUU para practicar los últimos avances en dopaje genético (maquillaje número dos). (Lo de genético es producto de mi imaginación. Y el dopaje es maquillaje porque maquillar es ‘alterar algo para mejorar su apariencia’ según la Academia.) ¿Exagero con el papel vicario de Jamaica? ¿O alguien cree que los laboratorios de Evo Morales están detrás de la inhumana marca de Usain Bolt? Ahora un ejemplo de maquillaje teutón. La página en alemán sobre Jesse Owens, el primer atleta en ganar cuatro medallas de oro en una olimpiada, justamente en la de Berlín 1936, no hace ninguna mención de Hitler ni del régimen nazi que entonces dirigía los destinos de este país. Juegos olímpicos que Adolfín estaba utilizando para mostrar a una renaciente Alemania nazi y en los que esperaba quedara clara la superioridad de la llamada raza aria. El inmortal Jesse Owens le aguó el pastel. Le escupió en la sopa, como se dice en alemán. Me despido recomendando revisar la historia de la pobre e inocente United Fruit Company (¿cuándo será indemnizada Honduras?) y recordando parte de la biografía de O. Henry. ¿Cómo llegó a Anchuria, o sea, a Honduras, este multifacético personaje? Tras ser acusado de desfalco (léase honestamente: robo) en perjuicio del First National Bank, en la víspera del juicio se embarcó en Nueva Orleans con destino a Honduras. Huyó de la justicia de su país. Así de fácil. Tras siete años de permanencia en ese país centroamericano, principalmente en Trujillo, regresó a EEUU para acompañar a su esposa agonizante, donde poco después fue condenado a cinco años de prisión por el crimen que lo había llevado a huir a Honduras. Al parecer, por otra parte, O. Henry fue un típico caso de bebedor que tenía un problema con la escritura. Murió de cirrosis hepática en 1910. Se dice que este maestro de los finales imprevistos en sus cuentos, llevaba al fallecer toda su fortuna en los bolsillos. 23 centavos de dólar. El precio de una banana o plátano hoy. $….. Que bella época la que vivimos donde podemos leer blogs como estos donde cada vez lo escrito se acerca a la realidad ¿o será al revés? Un abrazo Jorge desde tu país Perú y tu mundo: La Tierra. Rpta.: Me has recordar una frase de Picasso que te hace justicia: “El que se guarda un elogio, se queda con algo ajeno.” Gracias mil por tus palabras. Saludos cordiales. HjV A ver listo, reclama a Estados Unidos, no a España. No teníais Idioma, no sabíais explotar las riquezas de vuestro continente, hasta q monjes,Jesuitas por ejemplo, o enseñaron a beber café. El cacao: hay sino hubiera sido por el Colocao, aún machacar con piedra, y todo así. Qué lástima ser tan desagradecido, y la cultura que mis antepasados dejaron, ni la habéis aprovechado, porque en el momento que los Españoles reconocieron la Independencia, os llegó el declive. Y ahora España con la inmigración Latinoamericana se está empobrecido. Por lo tanto examínate antes de hablar, los Españoles no tenemos la culpa de que no sepáis administrar vuestra libertad. Hola,Gracias mil por tus interesantes comentarios. Hacía mucho que no me divertía tanto. Me ha gustado, especialmente, aquello de que no teníamos idioma (cómo habrán sufrido mis antepasados, que también son los tuyos, pues procedemos todos de un tronco común africano) y lo del Colacao que tomaba el hijo de Pachacútec. Un buen día. HjV «El pasado es un país extranjero.» L. P. HARTLEY (Wittlesey, 1895 – Londres, 1972) narrador «En cualquier caso, como observó el filósofo alemán Lichtenberg, cuando un lector se duerme sobre un libro y al chocar su cabeza con él suena a hueco, no siempre es el libro el que carece de cerebro.» WILLIAM H. GASS (Fargo, Dakota del Norte, 1924) filósofo y escritor «Escribe todos los días: contra viento y marea, en el ordenador, en el papel, en tu piel, aunque te quede mal, aunque te quede maravillosamente bien, como si no tuvieras más opciones, como si se tratase de una jodida y alucinante misión que te hubieran encomendado los mismísimos dioses. Intenta escribir como si te fueses a morir. Porque es que te vas a morir.» JOSÉ MIGUEL CAMPOS (Madrid, 1979) escritor «Somos lo que caminamos entre dos puntos.» DAVID FOSTER WALLACE (Ithaca, 1962 – Claremont, 2008) escritor CALENDARIO CONTABLE

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